veintidós

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"Tus planes son mis planes"

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Balanceo mis pies en el aire mientras me encuentro sentada en el lavabo de alguno de los baños de la casa. La puerta está cerrada y aún se escucha a Drake de fondo.

Calum saca una toalla desmaquillante del paquete que Violet le prestó. Lo primero que hace es olerla y seguido envuelve su dedo índice con ella para poder llevarla a uno de mis párpados.

— ¿Por qué estabas llorando? –pregunta.

Cierro el otro ojo ante su pregunta y debato en si decirle la verdad o inventarle alguna mentira. Aún sigo sorprendida con lo que he visto, pero a este grado ya no sé si mis suposiciones son ciertas.

Miro al moreno remover mi maquillaje. Se mira tan tranquilo y concentrado. Ni siquiera se ve preocupado en el hecho de que tal vez sé lo que sucede, pienso que no hay manera de que él sea capaz de hacer algo así

Usa una camisa de color azul marino que tiene líneas blancas, las mangas largas pero arremangadas a mitad de los brazos, ésta está metida dentro de sus pantalones negros ajustados. Calza botas negras y en una de sus muñecas cuelga una cadena de plata.

Se mira muy bien.

No pensé que fuera a encontrármelo, por lo que no me esforcé demasiado al momento de vestirme. Escogí unos jeans de tiro alto, un crop negro de tirantes y un simple cardigan de color gris. Al igual que él, uso botas.

Puedo decirle cualquier cosa, menos que lloraba por creer que ha salido con alguien más todo este tiempo.

— Es Sam. –finjo restarle importancia–. Discutimos mucho últimamente. Jimothy y yo nos sinceramos un poco acerca de nuestros problemas y, bueno... estoy algo sensible estos días.

— Sí. Hablando de Jimothy. –desecha la toalla húmeda al bote de basura–. ¿De dónde conoce a Violet? Parece que se conocen desde hace tiempo.

Abre mis piernas con su mano y se acomoda entre ellas, haciendo que yo las enrede en su cadera. Antes de envolver sus brazos en mi cintura, le pone seguro a la puerta y después me regala toda su atención.

— Oh, sí. –asiento–. Me dijo que salieron hace un año más o menos, desde secundaria. Ella terminó con él.

— Ya, entiendo.

Arregla un poco mi cabello y me mira por unos segundos como si se cerciorara de que todo está en completo orden conmigo. Atrapa mi nariz entre sus dedos, de esa manera haciéndome reír.

Sus dos manos toman ambos lados de mi cuello. Su mirada se vuelve profunda de un segundo a otro y es ahí cuando noto el olor a alcohol. No me sorprende del todo, pero sus ojos están algo rojos y sé que no ha sido tabaco lo que ha estado fumando, huele a algo más.

Quiero desechar cualquier idea de que quizás puede ser mariguana.

Paso mis manos por su camisa para eliminar un poco las arrugas en ella. Mis dedos intentan calmar algunos mechones de su cabello, pero no soy de tanta ayuda.

— Dime que realmente no estabas llorando por verme con Violet. –me mira con curiosidad. Justo cuando estoy a punto de hablar, él lo hace–. Porque si en verdad es así, tienes que saber que ya no hay nada entre ella y yo desde hace tiempo. Ella lleva una vida perfecta y de alguna manera no va conmigo. Su mundo es muy de color rosa y el mío es un poco oscuro. No entendemos nuestros problemas. Llora por un bolso versión limitada de Gucci y va a París cuando necesita despejar su mente, pero la aprecio mucho y la veo como una buena amiga.

Revenge  [C.T.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora