trece

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"Ojos verdes, guisantes"

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— Por favor siéntete cómoda. Mamá no estará en casa hoy. –Calum suspira como si fuera costumbre.

Para él parece ser un alivio enorme que la mujer no esté, es un alivio para mí también. Después de la otra noche no tengo dudas de que me he ganado el odio de la señora.

Me siento en un banco frente a la barra. Calum abre ambas puertas del refrigerador y se mantiene de pie por unos segundos, observando el interior de éste como si faltara algo. Finalmente saca un par de verduras empaquetadas y lo que parece ser un filete.

Las clases han concluido. Es tanto nuestro tiempo libre que ambos optamos por venir a su casa, comer algo y después hacer lo que fuera.

No resulta complicado en absoluto porque Sam se ha quedado en casa, ni siquiera puede levantarse de la cama. Cuando le conté a mamá que habían golpeado a su hijo, la pobre mujer enloqueció y exigió que levantáramos una denuncia. Claro que mi hermano le hizo creer que fue un asalto y no una pelea vaga.

— ¿Cocinas? –arrugo el entrecejo con curiosidad.

— Esto no es nada del otro mundo. –sonríe–. Tuve que aprender a hacerlo.

No sé si eso tiene que ver con la relación no tan buena que lleva con su madre, no quiero preguntar. Últimamente me pienso mucho las cosas antes de decirlas en voz alta, intento mucho no ser imprudente y hacer preguntas que no me incumben.

A nadie le gusta hablar de sus problemas familiares cuando realmente no es necesario hacerlo.

Él coloca todo sobre la barra, poniendo el filete sobre una tabla de madera y comenzando a cortarlo en dos piezas. Nunca pensé que se vería tan atractivo cocinando. Las mangas de su camisa están arremangadas y se mira concentrado en lo que hace.

— ¿Ya no te quedas en casa de tu amigo Ashton? –libero mi curiosidad.

— Se suponía que estaría con él hoy, pero no. –niega como sabiendo que no tiene otra opción–. Tuvo una pelea y su madre lo castigó.

Al escuchar la palabra "pelea" mis radares se encienden, pienso en Sam y en la idea de que aquél asunto tiene cierta relación con lo que Calum me dice.

Relamo mis labios para hacer un comentario, pero no tengo tiempo de hacerlo gracias a la presencia de Mali. Ella entra a la cocina ignorándonos sin problema.

— ¿Comiste?

Calum mira a su hermana menor demostrando que se preocupa por ella. La chica se acerca a la alacena y baja una caja de cereal, seguido vierte un poco en un tazón hondo, pasando por alto la pregunta de él.

— Mali...

— Eso estoy por hacer. –responde de mala gana.

El ambiente se vuelve incómodo. El castaño mira a su hermana esperando que ella lo mire de vuelta, pero no lo hace. Parece que que él quiere decir muchas cosas y aún así se reserva gran parte de ellas.

No entiendo la indiferencia hacia él. No sé si ha cometido un error o si ha hecho enojar a su hermana, pero la actitud de la chica nunca ha sido buena cuando al menos yo estoy al rededor.

Revenge  [C.T.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora