diez

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"Residencia Hood"

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— Hola cariño, ¿cenas?

Observo a mamá colocar la mesa con una sonrisa. Se toma un tiempo en notar que la miro con una mueca mientras paso una chaqueta por mis hombros. Detiene sus acciones y me mira con curiosidad.

La puerta del refrigerador se cierra mostrando a Sam. Se crea una tensión en la cocina que no sé cómo romper.

— ¿Vas a salir? –mamá cuestiona.

— Eh... –bajo la mirada a mis tenis–. Sí, voy a salir. Me gustaría quedarme a cenar pero ya he hecho planes, lo siento.

— ¿Con quién? –Sam toma de su vaso de agua y se sienta en la barra, mirándome fijamente.

— Yo hago las preguntas aquí, Samuel. –mamá pone su mano frente a él–. Te ves muy linda, ¿verás a un chico?

Me atraganto con mi propia saliva.

Calum me ha invitado a su casa. Según sus planes, podíamos pedir comida y simplemente platicar o ver películas. La iniciativa había sido suya, así que yo iba a disculparme por meter mi nariz en sus asuntos.

Conocería un poco más su entorno y eso me vuelve loca entre más lo pienso. Ir a su casa no es cualquier cosa.

— Saldré con Jimothy.

— ¿Jimothy? ¿Tu amigo el que tiene fiebre? –mi hermano ladea un poco la cabeza.

— Iré a su casa, no es asunto tuyo. –bufo–. Mamá, no regresaré muy tarde, lo prometo.

— Yo te llevo.

Mato a Sam con la mirada pero a éste parece no importarle en absoluto. Se pone de pie y comienza a buscar sus llaves.

Mi celular se ilumina entre mis manos mostrando un mensaje de Calum, ya está esperándome afuera. Es ahí en donde pienso en todas las posibilidades de que Sam termine por descubrirnos.

A veces me preguntó por qué pasamos el tiempo escondiéndonos cuando es mucho más fácil dejarlo salir a la luz, pero una parte de mí siempre cree que las cosas funcionan mejor cuando se mantienen en secreto.

— No, ya llegó mi uber. –me aferro a mi bolso.

— Cancélalo, yo voy a llevarte.

— Samuel. –mamá llama su atención–. Deja a tu hermana en paz y por favor sirve los platos.

— ¿Tienes alguna idea de en dónde y con quién se anda metiendo tu hija? Porque yo no. Sólo intento cuidarla.

— Si quiere irse con un chico, déjala. –la mujer coloca ambas manos en su cintura y después me mira a mí–. Anda cielo, ve con tu amigo y cuídate. Responde mis mensajes, ¿entendido?

— Claro. Te amo. –le lanzo un beso en el aire.

Agradezco eternamente la ayuda que mi madre me dio y salgo de casa a paso rápido. Afuera el clima está tan helado que mis pies se congelan en cuestión de segundos. Camino hasta el auto de Calum, sintiendo cómo mi sonrisa crece cada paso que doy.

Revenge  [C.T.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora