treinta y tres

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"Tocando la superficie"

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Jim: "No debí quedarme callado en cuanto lo supe, es sólo que no creí que a mí me tocaba decírtelo, sino a Calum. Ahora comprendo que es el error más grande que he hecho y espero que me perdones. La Universidad no es lo mismo sin ti. Yo no soy lo mismo sin ti. Necesito saber de ti, por favor responde pronto."

Coloco mi celular boca abajo y espero a que mamá se siente frente a mí en la barra en lugar de dar vueltas por toda la cocina. Tal vez es tiempo de contarle todo, de explicarle que no pienso volver a esa universidad.

No estoy lista para ver su rostro decepcionado.

— ¿Y bien? ¿De qué quieres hablar? –tapa la olla humeante y al fin se sienta–. Andas muy rara estos últimos días. ¿Qué sucede?

Juego con el cierre de mi sudadera y trato de contener mi llanto. No quisiera llorar frente a ella pero, de tan sólo hablar de lo que ha pasado mis ojos se humedecen automáticamente. Otro día más y la herida sigue sin sanar, no puedo acostumbrarme al dolor, al simple hecho de que ya no puedo llamarle para pasar el rato.

Quiero dejar de sufrir, mi subconsciente me pide que cierre el ciclo. Ojalá fuera así de fácil.

— Conan, estás llorando, cielo. –dice en un hilo de voz.

Ya no hay vuelta atrás.

— Me enamoré como no tienes una idea, y di todo de mí y me convencí a mí misma de que todo iría bien. Abrí mi corazón, se lo regalé a alguien más. Estaba lista para todo lo que venía en el futuro. Nunca me di cuenta de que estaba adentrándome a un lugar oscuro del que probablemente no saldré jamás.

>> Y cuando él estuvo aquí, creí que sería el principio de una nueva etapa pero sólo era un plan para darle credibilidad a su trampa. Confié demasiado en él, en un lobo vestido de oveja. Lo siento, en verdad, me entregué por completo y no me arrepentí. Caí, me impacté. Lo siento, en verdad no era una historia de amor como yo también creí. Era un juego, uno muy cruel. Perdón, yo-

— Tienes que calmarte. –veo sus ojos inundados en lágrimas pero no tanto como los míos. Mis manos tiemblan y ella las sostiene entre las suyas–. ¿Qué ha pasado con Calum?

— Le tomó una foto desnuda y la publicó para que toda la universidad la viera. Eso es lo que ha pasado.

La voz de Sam suena a mis espaldas y en menos de dos segundos su presencia se evapora. Justo el horno suena después de media hora y la mirada de mamá se congela en el aire.

No esperaba que me envolviera en sus brazos, pero me resulta reconfortante. Lloro en ellos luego de años de no haberlo hecho. Busco alguna especie de solución a mi problema a pesar de que la parte más recóndita de mí sabe que no la hay.

Quisiera verme con sus ojos para amarme de la misma forma en la que ella me ama.

— No quiero regresar. –digo con el rostro escondido entre su cuello.

Esa es una escena similar a hace unos años cuando papá se fue, esa fue la primera vez que un hombre me traicionó.

Lloro en los brazos de mamá para intentar sentirme mejor y quitarme un peso de encima. Me siento avergonzada, humillada. Si tan sólo pudiera tomar mis cosas y marcharme, lo haría sin pensarlo.

— Todo va a estar bien. –dice mientras acaricia mi cabello–. ¿Qué quieres hacer ahora?

— Quiero irme a la Universidad de Melbourne.

Revenge  [C.T.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora