Revenge [C.T.H]

veintitrés

"Violet Miranda Cosby y Calum Hood"

☂︎︎

— Creo que de todo el departamento, esta es mi parte favorita. –sonríe satisfecho.

Estamos en el quinto piso de un departamento de color gris, por lo que la vista es asombrosa. Concuerdo completamente con él.

— Es increíble. –acaricio el cerco con las yemas de mis dedos, sacando un poco de polvo.

— Perfecto para fumar.

— ¿Nos has pensado en dejarlo? –cuestiono curiosa.

Calum se recarga en la columna del balcón. Sus brazos se cruzan contra su pecho y suelta un suspiro mientras admira los demás edificios. Es una imagen que logra quedarse guardada en mi memoria.

Verlo de esa manera me transmite paz y tranquilidad. Las pequeñas corrientes de aire le añaden un toque especial al momento.

— Sí, lo pienso cada vez que lo hago. –asiente sin importancia–. Pero no es que quiera hacerlo. Sé que no lo haré, al menos no pronto.

Mete la mano al bolsillo delantero de su pantalón y de él saca una cajetilla roja de cigarros. Abre la tapa y observa los rollos en el interior para terminar dejándola sobre una mesa de cristal que estaba ahí cuando llegamos.

Sonríe con gracia pura.

— Volveré más tarde. –les dice.

Regresamos al interior del departamento. No es grande pero es justo para él y Mali. Cabe resaltar que es agradable y el ambiente es tranquilo.

No hay televisión aún, sólo un pequeño sofá para tres personas que su amigo Michael trajo por la mañana. Es negro y cómodo, pero no dejo de preguntarme cómo dormiremos en él.

Nos sentamos sin decir nada más. El silencio no es incómodo sino agradable también. Siento su mano rozar la mía para al final sostenerla.

Abro la boca para soltar un comentario al azar, pero unos toques en la puerta me impiden hacerlo. Puedo notar que Calum no esperaba visitas, pues su ceño se frunce y se mantiene sentado por algunos segundos.

Vuelve a suspirar y se pone de pie. Se acerca a la mirilla de la puerta, luego me mira a mí. Termina abriendo como sin querer hacerlo.

— ¡Cal Pal! –exclama una voz femenina que reconozco fácilmente–. Dijiste que sería tu primera noche aquí, así que traje comida China.

— Vio, no era necesario. –se hace a un lado y deja pasar a la rubia. Cuando ella me mira, una expresión de sorpresa abarca su rostro.

— Oh, lo siento. No sabía que tu novia estaría aquí. –se disculpa–. Hola linda.

— Hola Violet.

El moreno coloca las bolsas de comida en la barra mientras la chica sonríe.

Tengo que admitir que me siento intimidada con su presencia. Es rubia, de estatura media y con cabello brillante. Su atuendo parece sacado de una revista de Vogue y ni hablar de su cara que parece tallada por los mismísimos Dioses, por algo Calum se ha fijado en ella antes y no lo culpo.

Mi corazón se encoge de pensar en ellos juntos.

Yo no soy un caso especial.

— Será mejor que me vaya entonces, no quiero incomodarlos. –se aferra de su bolso.

— Pero viniste hasta acá. –digo–. Por mí no hay problema.

Los dos se ven sorprendidos y parece que recién se dan cuenta de mi presencia. Violet mira a Calum de forma dudosa, lo mismo hace él.