Capítulo 25

60 2 0
                                    

Elijo un suéter gris manga corta lleno de pandas, encima un overol de short blanco. Me visto, esparzo mis potingues por el cuerpo y compruebo el celular para ver qué está pasando en el mundo. Lo tomo del escritorio, camino con él hasta sentarme en la cama, al desbloquearlo veo una notificación de Whatsapp proveniente de un número desconocido; no me sorprende, seguro debe ser algún cliente. Abro el chat y veo el mensaje que menos me esperaba sobre la tierra...en pleno año nuevo:


- Feliz 2020, ardillita. Espero que hayas tenido un buen recibimiento de año, reunida con tu familia y seres queridos. Deseo que no te falte nada, especialmente amor – otra vez esa condenada palabra, ¿se confabularon todos para recalcármelo o qué?

- ¿Cómo demonios consiguió mi número? No, ¿sabe qué? No me interesa, solo le pido que mantenga al margen sus comentarios y no siga molestándome – objeto automáticamente.

- Responderé a tu pregunta de todas formas: lo grabé mientras dormías plácidamente en mi cama, después de haberte rescatado y hacer...otras cosas por las que no te enojabas. En fin, no era mi intención incomodarte, quise tener un buen gesto y conversar un poco. Estoy muy solo...

- Atrevido, no le queda otra palabra. Espero deje de joderme de una vez – no me gusta ser tan borde, pero es que no comprende que no quiero tener nada que ver con él. Todo lo que pasó fue un error..."sí, claro. Llevas diciéndote eso prácticamente desde que pasó lo que pasó cuando te fuiste de viaje"; pongo los ojos en blanco y mando a mi voz interior a caminá' lejos.


Me levanto, tiro el celular sobre las sábanas y justo cuando me dispongo a salir de la habitación, suena alertándome de una notificación. Lo observo con una mano en la puerta entreabierta, planteándome en revisarlo o no, no sé qué hacer...joder. Cierro la puerta, vencida. Camino en círculos poniendo en una balanza los pros y contras de no coger el aparato.

Pros: ...por más que rebusco, no encuentro nada.

Contras: podría perder una oportunidad de negocio, si es alguna de las chicas para algo urgente no contarían con mi ayuda o apoyo, si es para entregar antes un pedido, si es para alguna reunión de trabajo...tiraría todo por la borda.

Pesan más los contra; mordiéndome las uñas lo desbloqueo, me siento en el sofá con una pierna debajo de la otra y entro de una vez. Si es un pinchazo de aguja, que sea rápido y así no siento tanto dolor, no hay duda, el apartado con el mismo número desconocido está marcado con una nota no leída, presiono sobre él.


- No soy alguien que se rinda tan fácilmente. Ni siquiera con tus arrebatos de malcriada o intentos de ser grosera; por lo tanto, en contra de mi actuar habitual reconozco que lo anterior fue una excusa muy barata para entablar una conversación contigo. Como no me dejas opción, te diré el motivo original de mis mensajes: tengo una propuesta que nos conviene e interesa a los dos – frunzo el ceño, intrigada. ¿Propuesta? ¿Qué nos atañe a ambos? No entiendo de qué rayos habla. Como si un imán tirara aún en contra de mi voluntad, le respondo, omitiendo lo de "grosera" y "malcriada".

- No sé qué es lo que puede "convenirnos", según usted. Cada uno de nuestros encuentros han sido eventos fortuitos, no tengo ningún interés de estar vinculada bajo ningún concepto a nadie ni a nada, en ningún ámbito que no sea laboral – doy a "enviar"; en segundos aparecen sus palabras.

- Yo opino lo contrario, excepto en lo de nuestras "aproximaciones". Por otra parte, es comprensible que no entiendas y te muestres reticente. Si gana tu lado curioso, permíteme explicarme, pero no por simples mensajes. Considero más prudente que lo que tengo que decir se haga en un ambiente más...privado. Recuerda que aquí cualquier frase se puede malinterpretar, las expresiones faciales ni gestos pueden ser vistos, ni siquiera la entonación que deseas imprimirle a las palabras puede ser escuchada. Lo dejo a tu criterio, puedes venir esta misma noche a mi morada o si prefieres un ambiente neutral, te dejaré una dirección adicional – no contesto. Apago el celular y lo coloco lo más lejos de mi alcance; no quiero ni rememorar sus palabras o como dijo "mi lado curioso terminará ganando".

Amor en las AlturasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora