Capítulo 16

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Christine


Contesto el último correo desde mi celular, donde se me detalla que el 16 de diciembre tengo que ir al Four Seasons Hotel a partir de las 9:00 pm. Camino con mi mochila a través del aeropuerto; esta vez voy camino a Texas para una boda que será mañana miércoles en la noche.

Me aseguré de ajustar bien el despertador y aquí estoy a las 6:05 am frente a la puerta de embarque con una hora de margen. Me pongo los audífonos deleitándome con la voz de Rihanna; espero que me quite el sueño que cargo.

Se pasan los minutos y segundos corriendo, paso al avión y ocupo mi asiento junto al pasillo. Mi bolsa reposa en el piso, he pasado a ver una película que había descargado hace tiempo y se me había olvidado que estaba allí; es de terror, perfecta para viajar en avión...adrenalina a millón.

Despegamos, se oye la voz del capitán por los altavoces y agradezco que no sea Bastian. Todavía me acuerdo cuando me ayudó hace unas semanas con lo de mi accidente, parece que entendió mi mensaje porque no se atrevió a mandar las medicinas de vuelta. Aunque no se me ha olvidado la parte monetaria, Sophie me comentó que una amiga suya tiene un conocido que trabaja en las oficinas de United en el aeropuerto; ayer quedaron de avisarme cuándo su horario para los próximos días.

Me concentro en la pantalla; Nadine me la recomendó mucho, pero dijo que tenía que prestarle atención porque no es como las típicas películas con situaciones predecibles y absurdas. A mi lado pasa la azafata con el carrito de comidas, no me apetece comprar nada; ya cuando llegue al hotel será más allá del medio día, veré si ordeno algo allí mismo o voy a algún restaurante.

Una película y seis horas de siesta después, estoy recogiendo mi maleta en el Aeropuerto Internacional de El Paso. Según mi reloj son las 2:05 pm, la recojo y camino hasta la salida para tomar el primer taxi que se me pase por el frente; no quiero tener que esperar un Uber, diviso uno vacío, subo las cosas y le doy el nombre del hotel, me recuesto en el asiento trasero con la capucha de mi abrigo rosado de Stitch puesta.


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Estoy en una de las habitaciones del Super 8 by Wyndham, está bastante cerca del aeropuerto y del hotel donde será el evento para el cual me requirieron. Espero haber escogido bien la vestimenta para ese día, no es que vaya a ir como una de las invitadas, pero tampoco quiero desentonar o causar la impresión de falta de profesionalismo si voy muy "casual".

Dejo mi pequeña maleta dentro del clóset, ni siquiera voy a desempacar. Trabajo mañana y el jueves por la noche ya estaré en casa; me pediré algo del restaurante para almorzar y llamaré para avisar que estoy aquí, todo en orden...mañana será espectacular. Tuve la oportunidad de hablar con la novia por Skype, coordinar ciertos detalles de ubicación en la fiesta, iglesia, entre otras cositas. Fue muy amable, a pesar del estrés y nervios tan frecuentes en estos casos.

Miro a mi alrededor suspirando, es gigante el espacio, con comodidades varias. La cama donde estoy sentada es como para cuatro personas, a un costado, oculto tras unas puertas blancas está el baño, en la pared contigua hay un mini fregador, microondas, cafetera, nevera. A la izquierda está una mesa con un par de sillas de madera, una lámpara blanca y el armario del otro lado a la izquierda, el televisor frente a mí. Las paredes al igual que las sábanas, son verde caña, las paredes y el techo blancos; vaya contraste...no obstante, no es desagradable ni chillón.

Tomo el teléfono de la mesita de noche junto a mí, marco al restaurante y pido una ensalada César con pollo; cuelgo y me recuesto en las mullidas almohadas mientras llega el pedido. Miro al techo detenidamente, sin darme cuenta se escurren a mi mente los momentos acaecidos en la sesión de Gramercy Park.

Amor en las AlturasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora