Capítulo 24

62 2 0
                                    

El tiempo ha pasado tan deprisa que no puedo creer que ya sea año nuevo. Es la época favorita de toda mi familia y siempre ayudamos a mamá con la comida. En navidad hicimos un pavo delicioso, papas horneadas con crema, ensalada de manzana; como postre una crema de nuez, bizcocho de frutas y compramos pan de huevo con almendras.

Ahora que estamos prestos a celebrar la llegada del 2020 es básicamente la misma comida a excepción de las papas y la ensalada. También tenemos una tradición por parte de mi madre, nos la inculcó desde que estábamos pequeños, se trata de brindar con una copa de champagne cuando se llegan las doce de la noche y comer su equivalente en uvas, aparte hay que pedir un deseo por cada una.

Aunque no queramos, literal nos obliga a hacerlo porque según ella viene de su familia de generación en generación y lo que pidas se te cumplirá en el año. Ya veo de donde sacamos el positivismo, mi papá no cree mucho en eso, pero se adapta a la situación.


- Ven nena, ya casi empieza la peli...uyy que pijama tan sexy - Sophie me mira pícara y sonriente, mordiéndose el labio inferior desde la entrada del cuarto. No creo que lo sea, es simplemente una blusa de tirantes y un pantalón largo negro, pero en fin, a ella todo lo que sea de satén o seda le parece sugerente, hasta un saco de verduras con ese tipo de tela.

- Ya voy, solo déjame secarme el cabello y salgo - quito la toalla alrededor de mi cabeza; empiezo a retirar las gotas de agua cuidadosamente desde las puntas hacia la raíz frente al espejo.

- Te esperaré aquí entonces... - se tira en plancha sobre mi cama, riendo. Me volteo, lo que lleva no sé si se puede considerar legalmente como ropa de dormir. Es un camisón lila de seda que apenas le cubre los muslos y encima una bata hasta las rodillas.

- ¡Oye! Cúbrete un poco al menos, se te ve todo... - le pellizco la pierna.

- ¡Ay! Eso me duele, boba. No niegues que te encanta. ¿No está divina? La acabo de comprar ayer - se levanta y da una vuelta frente a mí.

- Si, está linda...bueno, ya estoy lista. Vamos - coloco la toalla en el baño, me calzo las pantuflas y salimos.


Nos acomodamos en el sofá con Katherine, papá está trasteando en la cocina con una botella de ginebra y mi mamá está arreglándose en su habitación. En la televisión están pasando la única película que compartimos las tres como favorita para épocas decembrinas: El Descanso con Kate Winslet y Cameron Diaz.

Comentamos lo guapo, sexy y tierno que se ve Jude Law, lo perfecto que se ve con Amanda y por supuesto acerca del entrañable Arthur...Iris y Miles lograron que por fin no estuviera tan solo y que pudiera caminar. No obstante, quién diría que podrían encontrar el amor cambiando de casas; aunque lo que más me gustó fue que pudieron reunir el coraje para sacar de sus vidas a esos monstruos abominables que solo las querían utilizar y desechar, ¡VIVA LA DIGNIDAD!

-

-

- ¡Feliz año mami! - entramos las tres al cuarto cuando dan las doce y la rodeamos como cuando éramos niñas. La llenamos de besos, mimos, felicitaciones, elogios y buenos deseos para este nuevo año.

- Estás espectacular...que elegancia la de Francia - Sonríe Kath, la toma de la mano para que gire sobre sí misma. - Este vestido te queda como a nadie; ni la Reina Isabel se iguala a ti - la beso en la mejilla, todas nosotras en pijama y mi madre tan regia con su vestido strapless celeste hasta las rodillas y delicados hilos perlados por todas partes realzando su figura delgada y bajita. De complemento trae unos peep toe dorados y su cabello está recogido en un moño en lo alto de su cabeza; me separo para dejar que mi prima la felicite.

Amor en las AlturasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora