Capítulo 7

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- Oiga, señor. ¿Es que usted no piensa venir o cómo es la cosa? Yo estoy aquí esperándolo en el aeropuerto y no lo veo. Estoy cerca de nuestra puerta de abordaje y todo - envío la nota de voz, riendo.

Sé que debe venir en camino, todavía falta un montón para que cierren el mostrador de la aerolínea y más aún para que el vuelo salga, pero me divierto mucho molestándolo.

Partiremos desde La Guardia, espero no encontrarme a cierta persona por aquí. Incluso me aseguré de escojer cualquier aerolínea, menos dónde él trabaja.

Sorbo de mi vaso enorme con frapuccino de Starbucks con un montón de crema batida encima. En la mochila tengo dos croissants horneados por mi madre, pero son para más tarde.

Si me los como ahora, no tendré nada que picar durante el vuelo y no pienso comprar de la tienda a bordo porque es un robo completo.

Su respuesta no se hace esperar. El celular vibra en mi mano, desbloqueo y busco su mensaje. Es una nota de voz, como llevo audífonos puestos no es un problema el volumen.

Lo primero que recibo son sus carcajadas divertidas.

- Ya llegué, estoy caminando para registrar el equipaje. Cuando pase control de seguridad te chateo para que me digas donde estás y así no me pierdo - sonrío.

- Vale, yo voy a estar pendiente de tu mensaje o llamada. No sé, lo que prefieras hacer - contesto de vuelta. Pongo Spotify y reproduzco mi lista especial para viajes en verano.

Cierro los ojos y me dejo llevar por la música.

- Hola, dormilona - abro los ojos al escuchar su voz, me quito los audífonos.

Está frente a mi con su sonrisa de oreja a oreja. Siempre me pregunto cómo puede estar enseñando los dientes todo el día.

- Buenos días. Me agarraste con la baba afuera, qué pena - ríe.

- Incluso con la saliva escurriéndote por un lado de la boca, te ves guapa -

- Vale, ¿se supone que eso es un cumplido? - lo miro con cara rara para al instante, después alzar una ceja. Todo eso para no dejar salir mi risa estruendosa.

- Claro que sí, tengo más guardados. Para ti un montón - debo confesar que a veces Will me desconcierta, somos amigos, pero de repente es como si me tirara la onda.

No sé qué pensar.

- Ya me imagino cómo deben ser - toma asiento a mi lado.

Deposita su maleta de mano en el piso, junto a la mía y empezamos a charlar de temas triviales mientras llega nuestra hora y me termino la bebida fría.


Al Día Siguiente


Hoy toca sesión de fotos de embarazada. Llegamos a Dallas ayer al medio día y pasamos la tarde recorriendo la ciudad en un auto alquilado gracias a mi amigo que tuvo la idea.

Por mí, nos hubiéramos movido a pie y en transporte público para ahorrar. No obstante, hizo lo que creyó más conveniente.

- Ya voy bajando - espero su respuesta sosteniendo el celular contra el hombro.

- Vale, te espero en la entrada del hotel -

- Listo, dame un par de minutos y te alcanzo - corto la llamada, meto el celular en la mochila.

Verifico en el epsejo que no esté desaliñada y tras dar un vistazo general a la habitación y a cómo están acomodadas mis cosas, tomo la maleta.

Amor en las AlturasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora