Los hijos de One Direction

♡Capítulo 23: #Intentar

POV JACOB:

El día tan ansiado por los tres acaba de llegar. Hoy iniciaríamos el viaje hacia San Fransisco, California, para poner en marcha nuestro plan para reunir otra vez a One Direction. Son las 4 AM, y me encuentro en la cocina desayunando junto a mis hermanos, quienes estaban más dormidos que despiertos. Además, por primera vez en nuestras vidas, nos acostamos a las 8 PM para poder dormir bien antes del vuelo. Tomé un sorbo de mi café y, con el dedo, toqué a Juliet, quien estaba con la cabeza apoyada en su brazo sobre la mesa.

Yo: -Juls... Julie... -le susurré.

Juliet: -Mmh -se quejó.

Yo: -Julieta, tienes que desayunar. En un rato no iremos al aeropuerto.

Juliet: -¿Aceptaran que un zombie se suba al avion? -preguntó levantando la caveza, aún con los ojos cerrados.

Con James reímos por lo bajo. Con suma paciencia, la rubia comenzó a beber su chocolate caliente. Aunque la paz interior, se le fue cuando papá entró gritando a la cocina. Toda esa Juliet tranquila, desapareció en un milisegundo. Rabiosa, se levantó de su asiento y gritó histérica.

Juliet: -¡Quieres dejar de gritar! -más bien fue una orden más que una pregunta. Papá la miró sorprendido por su comportamiento.

Niall: -Cuida tus modales, jovencita. O alguien no irá al parque de diversiones, ni mucho menos comerá algodón de azucar -amenazó. Juliet lo fulminó con la mirada y, en silencio, se volvió a sentar para terminar su desayuno.

Media hora después, nos encontrábamos en un taxi rumbo al aeropuerto de Dublin. Papá hablaba animadamente con el taxista; James tenía sus auriculares puestos y escuchaba musica mientras movía su cabeza al ritmo de la música; mamá se dedicaba a mirar el camino a travéz de la ventana y, de vez en cuando, miraba su celular, sonreía y tecleaba; mientras que Juliet y yo jugábamos a juego de dos jugadores en su celular.

Cuando llegamos, papá le pagó al taxista, quien nos ayudó a bajar la maletas y cada uno se hizo cargo de su propia valija mientras entrábamos al aeropuerto. Dejamos nuestras valijas en la cinta mecánica luego de todos esos trámites absurdos que hacen en los aeropuertos antes de viajar.

Bárbara: -¿Quieren comprar algo para el viaje, chicos? -nos preguntó mamá. Juliet y yo asentimos, aunque James negó con la cabeza.

Digamos que James no es una de esas personas que andan de lo más bien cuando viajaban. Antes le temía a las alturas, pero luego de que viajamos por primera vez en avión, todo se resolvió. Pero a pesar de todo, él debe dormir o entretenerse con algo por su "estómago sensible", y se descompone muy fácil.

Julie y mamá se fueron a no se dónde, y nosotros nos quedamos con papá, esperando el vuelo.

Niall: -¿Estás bien, James? -le preguntó mientras le sobaba un poco el hombro. Él asintió- Estás muy callado hoy, ¿pasa algo?

James: -No, tranquilo -respondió él esbozándole una sonrisa tranquilizadora.

Niall: -Sabes que puedes decirme lo que quieras, Jay. ¿Tienes novia? ¿Rompiste con ella? ¿La dejaste embarazada? -cada pregunta que papá hacía, la decía cada vez más rápido.

James: -¡Papá! ¡No! Solo, ¿no puedo estar callado? -le regañó-. Y no he tenido novia desde hace meses, y no quiero tener por el momento.

Jacob: -¿Tus encantos están defectuosos, hermanito? -me burlé, y solo conseguí un golpe como respuesta.

Juliet: -Adivinen quien consiguió una funda de helado para su celular -canturreó, la rubia emocionada enseñándonos su celular.

Niall: -Aléja eso de mi vista, pequeña rubia. Me dan ganas de comer -ordenó firme tapándose sus ojos con una mano.