La Gitana Del Coronel

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—¿Ehh? —Grite consternado para luego mirar a mi hermano— ¡Es tu culpa hermano!

Él en cambio seguía mirando fijamente la puerta lo cual llamó mi atención, por lo que deje a un lado mi enojo y lo estudie.

—¿Oye? ¿Estas bien?

Entonces chasqueo su lengua de manera imprevista y giro comenzando a caminar alejándose de mí, como siempre, callado y pensando en cosas del ejército, lo más probable.

—Vamos— me ordeno—Ignia llegó junto con Selene.

Gire a ver la puerta por donde Lucy había desaparecido. Era una chica agradable pero el tosco de mi hermano la asustó, no habia pruebas, pero tampoco habia dudas sobre ello, así que suspirando solo decidí seguirlo apresurando mi paso, pero seguir el paso de un hombre que ha estado en el ejército desde su juventud era algo difícil de hacer.

—¿Y ahora qué le digo a las dos chicas que me esperan con noticias?

Mi hermano giro a verme por sobre su hombro, sus ojos tenían frialdad, pero algo en ellos también me permitía ver lo que era una confrontación con su interior, debido a que la habia quedado mirando un momento un poco largo aquella puerta. ¿Por qué? No tenía la menor idea, pero era algo que discutiría con Mavis ya que ella era mucho más perspicaz que yo.

—Solo diles que está bien y ya. —Soltó como un gruñido junto con aquellas palabras

—enserio no se de quién sacaste esa seriedad. —Le comenté relajado

Sin embargo, una imagen vino de golpe a mi cabeza y le mire con el mismo sentimiento de relajación que tuve en cuanto logre llegar a su lado, lo cual fue sencillo, pues él mismo comenzó a bajar su paso para que yo pudiera alcanzarlo sin problema.

—ah ya recordé.

El giro a verme de reojo como si fuera un lunático, iba a hablar de manera grotesca seguramente cuando fue abrazado de golpe por una albina de cabello corto.

—¡te pille!

Fue ahí cuando lo volví a ver, la expresión de mi hermano se suavizó de golpe ante la presencia de ella, cosa que no sabía si agradecer o preocuparme por la fuerza y control que tenía la mujer sobre mi hermano.

—¿Qué haces por aquí?

Cuando se dio cuenta de mi presencia no se resistió en abrazarme también, yo le correspondí con igual cariño mientras veía a mi hermano ver a otro lado visiblemente tenso, su cuerpo entero lo denotaba, su semblante, sus hombros, sus manos ocultas, casi podría jugar que estaban hechas puños en la parte de atrás de su cuerpo.

—Escuche de la feria y quería verlo con mis propios ojos.

Mi altura era considerable a la suya, pero si lo comparábamos con la de mi pequeño hermano sería aún mayor, para verme a mi debía alzar solo un poco la barbilla, pero para verlo a él, definitivamente debía levantar la cabeza hacia el cielo, cosa que era irónica ya que yo era el mayor.
La albina giro a verlo e inflo sus cachetes de forma graciosa, mas pude jurar que eso solo lo volvió más tenso.

—¿Se puede saber por qué no me saludas? ¡Tras qué estamos en el mismo cuartel! ¡Malvado!

—Hola...Yukino.

—¡Nada de hola Yukino! ¡Dame un abrazo por lo menos!

Mientras yo estiraba mi cabeza buscando a los demás, vi como el serio de los Dragneel abrazaba el pequeño cuerpo de Yukino y esta lo abrazaba de regreso, si, definitivamente Yukino era la única que podía calmar a la fiera de la familia y hacerlo un pequeño cachorro en busca de cariño.