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Los minutos los sentíamos como si fueran horas, el tiempo era lo que menos debíamos perder ya que cada segundo que pasaba era un segundo que Natsu pasaba camino.

-Mika... ¿Qué título tienen tus padres?

Dirigí mi mirada hacia Zera, quien había bajado la taza de café sobre su regazo y hablaba después de estar en silencio durante más de dos horas.

-son Condes del pueblo de Nirvana.

-Condesa...Duquesa...Vizcondes...veamos, veamos.

-¡lo tengo!

Todos me miraron con asombro pero yo no podía perder tiempo así que camine presurosa hacia el armario de Zera y lo abrí de par en par.

-¡Zera, espero aun hayas guardado los trajes de cuando estuvimos en las fiestas de disfraces!

Mi querida amiga hizo un grito ahogado y sonrió para abrir el baúl a los pies de la cama.

-jóvenes, será un juicio muy elegante al que iremos.

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La aglomeración era total, habíamos llegado en la tarde pero la mujer que traía a Natsu aún no hacia aparición en la ciudad real. Caminábamos de un lado a otro en la casa de Mavis, quien solo podía estar asustada mirando el reloj moverse.

-Zeref está tardando demasiado. Necesitamos que ese abogado apele por Natsu o sino estará perdido.

-pero él es inocente, o es que no entenderán.

Yo tampoco podía estarme tranquila. El pasar tanto tiempo con esas ropas ligeras había hecho que olvidara lo ultrajoso e incómodo que era andar en esto. Las tazas de café ya no eran suficientes, tenía un malestar en mi pecho que me oprimía el corazón. Estas ganas de salir corriendo hacia la corte, esta falta de aire y sentir como mi cuello se apretaba con fuerza...Dios. ¿Por qué siento todo esto por alguien que he conocido hace muy poco? Entendería que fuera por Jellal pero por Natsu...es algo inaudito.

-¿Lucy?

Sentía como todo a mí alrededor estaba dando vueltas, quería aire, quería respirar, NECESITABA respirar.

-iré al jardín.

Una vez ahí, frente a la fuente de piedra, caí de rodillas al suelo, mis manos se aferraban con fuerza hacia la superficie pero todo a mi lado comenzó a sentirse caliente. Como si brazas ardientes estuvieran incendiando el lugar...era una sensación horrible.

-¿Qué es todo esto?

-¡querida! ¿Nos volvemos a ver?

Esa voz...Dios...

-¿Qué haces aquí? ¡Vete!

Me levante encontrándome en un lugar oscuro nuevamente, mire de inmediato mi ropa pero esta seguía igual, corcet, faldas anchas y mangas amplias.

-debo admitir que te sienta el rosa, pero...

Una mano me acerco a un cuerpo con fuerza.

-opino que se te vería fenomenal manchado de sangre.

-¡SUELTAME!

Trataba de soltarme a lo que ese monstruo rio a carcajadas y me soltó. Con la mirada di una inspección rápida para poder ver una salida pero al no encontrarla decidí encararlo sin embargo no esperaba chocar contra un duro pecho.

-¿tan rápido te quieres ir? Alza la mirada para poder ver esos ojos hermosos tuyos llenos de miedo y desesperación.

Su mano con garras filosas me tomo de la barbilla pero me negaba a verle. No le mostraría debilidad, no me dejaría intimidar sea quien sea yo no...

La Gitana Del CoronelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora