La Gitana Del Coronel

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Estaba feliz.
Hoy saldría a comprar algunos ropajes debido a que mi vientre comenzó a crecer y tengo miedo de apretar a mi hijo dentro de uno.

-señora Eucliffe, ¿se encuentra lista?

-así es Frosh.

El desayuno había sido normal pero me hubiera encantado tener a Sting conmigo, con el puedo conversar sobre cualquier cosa y nunca aburrirme. Era una compañía de lo más cálida. Subí al carruaje con el emblema de mi esposo, de inmediato arrancamos con dirección a la plaza ya que por lo general allí había costureras con excelentes manos.

-papá se llevara un susto cuando vea todo lo que mandamos hacer.

No es que Sting fuera tacaño. Nada que ver. Es más, siempre me decía que debía comprar más cosas para la casa pero a mí me daba tanta vergüenza que solo atinaba a sonrojarme y no decir nada. En ese tipo de situaciones, terminaba convenciéndome de la forma que mejor sabía...en la cama. Hacer el amor con Sting era algo...sumamente especial. Cualquiera a simple vista diría que es un salvaje pero conmigo...conmigo siempre se porta tan dulce, delicado...me trata como si fuera una rosa.

-si...tu papá es el ser más dulce que haya conocido.

Decidí dedicarme a admirar la belleza de la ciudad. Debido a mí trabajo en el cuartel no podía pasar mucho tiempo viendo las tiendas o deteniéndome a ver a los niños correr por las calles riendo felices, pero desde que Natsu me dio de baja debido a mí estado, he tenido tiempo suficiente para recorrer sus calles y conocer cosas que antes no sabía.

-pronto te veré siendo perseguido por tu papa, será algo muy lindo mi pequeño hijo...

Podía imaginármelo. Un pequeño con el cabello rubio de Sting y mis ojos café, corriendo por las calles de aquí con una amplia sonrisa, detrás de él mi amado esposo persiguiéndolo a risas y yo sentada en un banco viéndolos divertirse...
un cuadro realmente conmovedor.

Estaba pérdida totalmente en mis fantasías que cuando el carruaje se paró de golpe tuve que sujetarme con fuerza del asiento para no salir disparada al otro lado. Aturdida saque mi cabeza por la ventana dispuesta a saber lo que pasaba, fue entonces cuando vi a algunas personas corriendo de un lado a otro y me preocupe.

-¿Frosh, que ocurre?

-no lo sé Sra. al parecer ha ocurrido un evento.

Eso era lo más obvio. Una mujer paso corriendo justo frente a mis ojos y logre detenerla para conocer el problema.

-¡disculpe! ¿Sabe lo que está ocurriendo?

-¡han vuelto, los soldados de Saberthoot!

Mis ojos se abrieron de golpe ante la noticia, Sting...Sting había vuelto. Sentí como dentro de mi vientre el fruto de nuestro amor saltaba de alegría ante la noticia.

-¡FROSH DE PRISA! ¡DEBEMOS IR A VERLOS!

De inmediato el carruaje cambio de dirección hacia el cuartel. Mi alegría no parecía ir hasta más. Mi esposo estaba de regreso...y seguramente Natsu y lo des de Fairy Tail venían con ellos. Estaba tan emocionada, que incluso mi aspecto me preocupo. Me había colocado un sencillo vestido azul marino de mangas anchas, no tenía corcet debido a mi abundante abdomen pero eso no importo ya que el escote podía sostenerme sin ningún problema. Debido al embarazo mis pechos se habían hinchado y agrandado lo suficiente para poder dar de lactar a mi bebe por lo que estaban supersensibles...toda yo estaba sensible.

-¡soy un manojo de emociones!

Me toque la cara, apenas y me había maquillado ya que iba donde mi costurera de confianza, sin embargo no quería que Sting me viera así. Abrí mi bolso sacando el lápiz de labio rojo, mientras me pintaba frente al pequeño espejo que sostenía con mi otra mano trataba de ver mi cabello, encima de este había una flor a juego con el vestido. Era el preferido de Sting debido a que con este tuvimos nuestro primer baile.