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-¿Estas seguro de esto,  Natsu?

-si...aunque no te miento. Estaría totalmente feliz de estar equivocado.

La mañana ya se había hecho presente y yo no había podido pegar el ojo en toda la noche. No por falta de sueño, todos habían podido dormir menos yo y el motivo era simple...mi corazón se rompía a cada momento que los sollozos de Lucy se escuchaban en mi cabeza a cada momento. Además, tenía ese molesto sentimiento dentro de mi cuerpo que no me dejaba en paz ni un solo maldito segundo.

-bueno...la única forma de saberlo es volviendo.

-mientras los demás se quedaron allá, nosotros debemos volver.

-si... ¿pero por qué nosotros debemos venir con ustedes?

-¡porque son nuestros amigos!

-¿y?

-¡Dios mío! Mira Gray, cuando un amigo...

Mientras escuchaba como ellos discutían sobre algo tan trivial y absurdo vi que Lucy se encontraba en la parte más alejada de la carreta, mirando el camino a nuestras espaldas. En su cabello color oro tenía una hermosa flor de margarita que seguramente había cortado en nuestro descanso para llenar las cantimploras de agua. Sus ojos se veían tan ausentes, como si estuviera en otro mundo. No tenía el valor de acercarme a ella...sabía que era mi Lucy. Mi cuerpo entero reaccionaba ante su olor o su presencia haciéndome saber que en efecto: Mi bella gitana había regresado a mis brazos.

-mi querida gitana...

-¿Natsu? Tienes que tomar tu medicina.

Me abstuve de emitir un gruñido ante la voz de Strauss, era una amiga de la infancia, confiaba en ella...pero maldita sea. A pesar de que le deje en claro que no hay más boda y que el único motivo por el que está aquí con nosotros es para que una vez regresemos a Magnolia ella se quede ahí...es totalmente molesto que siga pegada a mí.

-gracias Lisanna, me la tomare. Puedes retirarte.

-Natsu... ¿has pensado en lo que te dije?

-sí y la respuesta sigue siendo un rotundo no.

No me voy a tomar tiempo inútil en pensar cosas que ya están de por si zanjadas. Lisanna había propuesto que tomáramos un tiempo para pensarnos las cosas e indiscutiblemente no lo aceptaría. Tengo claro lo que quiero y Lucy ES lo que quiero.
Sin medir una frase más, tome de un sorbo el jugo de uva que me estaba ofreciendo, aún tengo dudas. He estado recuperándome con notables mejorías pero sigo odiando ese maldito medicamento, siento que en vez de mejorar, empeora mi salud pero ella dice que es totalmente confiable.

-no me sorprendería que al día siguiente agonice, ni ella ni Mira me quieren decir de quien lo tomaron.

LUCY

Sentía mis ojos tan hinchados por todo este tiempo. Anna me dijo que debía venir con Mavis y su grupo, ya que era más seguro que estuviera con ellos. Aún recuerdo la cara de asombro que pusieron Jellal y su amiga al verme en el patético estado en el que desperté. Pero no lo entendían, nadie aquí lo podía entender. El no recodar nada, el no saber nada de lo que hiciste antes de ser salvada...es odioso. Ahora el tema de que soy esa muerta, ¿Por qué tantas dudas? ¿Lucy realmente hubiera querido que la compararan conmigo?
En todo el momento no he parado de escuchar historias asombrosas de ella. Una mujer fuerte, hermosa, valiente y capaz de enfrentarse a la guardia real con una mano atada a la espalda. ¿Qué clase de mujer loca era? Es la guardia por el amor de Dios, no son alguien a quien tomar a la ligera.

-¿Natsu? Tienes que tomar tu medicina.

De reojo pude observar la cara que él puso. Natsu estaba herido junto a mi cuerpo desmayado o eso fue lo que Anna me conto antes de dejarme con ellos. Natsu Dragneel...Gitano de Fairy Tail...vaya lio. El viento hacia que mi cerebro se relajara un poco de todo este circo que estaba ocurriendo. Mi cabeza estaba divagando entre ese ser que me poseyó, la dichosa Heartfilia y Dragneel. ¿Cómo era posible que el, siendo lo que era, había posado sus ojos en...?

La Gitana Del CoronelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora