la reunión de los jinetes terminó más tarde de lo presupuestado y aunque hubiera amado decir que habían salido de ahí con una idea, nada se les ocurrió para darle una mala pasada a lolito y a su órgano público. luzu se despidió de sus compañeros y comenzó a caminar en dirección a su casa y en el camino no pudo recordar la foto que había enviado a lanita logrando que la vergüenza volviera a su ser.
no había visto se celular desde que envió la foto y la verdad es que estaba demasiado nervioso como para hacerlo ahora así que prefirió llegar a casa y confrontar la situación cara a cara, aunque la idea de ver a lanita tras eso le avergonzaba bastante, tanto que no quería llegar a su casa.
pero fui inevitable, ya se encontraba subiendo a sus escaleras y el nudo en su estómago se hacía cada vez más grande a medida que avanzaba un escalón. abrió la puerta para encontrarse frente a frente con la guillotina y los esqueletos que decoraban su hogar ahora. lana estaba sentada en el porche alimentado al rebaño con la mano mientras reía con ternura. cuando vio a luzu, su sonrisa se amplió y corrió a su encuentro seguida de todas las ovejas.
— ¡luzu! —, exclama con ternura rodeando el cuello del chico para darle un tierno beso en los labios —. ¡bienvenido! te he extrañado.
— yo a ti.
la vergüenza desapareció al ver aquel caluroso recibimiento por parte de lana. aquello demostraba que su relación era tan fuerte que no había de que avergonzarse por una foto así. se sentía dichoso y ver a su mujer ahí, frente a él, dándole aquella sonrisa tan cálida logró hacer desaparecer cualquier rostro de vergüenza que podía haber quedado.
— ¿cómo estuvo la reunión? —, pregunta lanita tomando la mano de luzu mientras se dirigían al interior de la casa.
— no muy bien,no hemos conseguido mucho —, admite luzu agotado —. tal vez todo esto sea en vano...
— no —, se niega rápidamente lanita —. tu haces todo esto por karmaland, porque amas esta ciudad, al pueblo, a su gente, solo quieres lo mejor para todo y buscar eso jamás será en vano.
sonrió a lana sinceramente. aquello era lo que necesitaba oír, alguien que lo apoyara, alguien que confiara en él y viera sus verdaderas intenciones. lana lo abrazó con fuerza demostrándole que ella sería quien estaría para él... siempre.
