era el día, definitivamente, había llegado el momento de que lolito se marchara, había enviado un mensaje a todos los chicos pidiéndole que se juntaran en el ayuntamiento y el primero en llegar al lugar fue, claramente, auron. se sentó en los escalones del ayuntamiento y esperó con nerviosismo, tamborileó con sus dedos sobre su pierna hasta que la cabellera pelirroja de lolito apareció frente él. se levantó de golpe y corrió a saludarlo con un abrazo.
— hombre —, saluda lolito sin energía, auron comenzó a sollozar incontrolablemente —. ya, ya.
— l-lo siento —, se disculpa limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano —. tío, ¿cómo voy a vivir sin ti?
— eh —, le interrumpe lolito apoyando sus manos en su cuello —. este aquí en karmaland frente a ti o en el polo norte siempre voy a estar al laisimo tuya, ¿me entiendes?
auron asiente con la cabeza pero aún le dolía su partida y eso que le tenía enfrente. pero lo comprendía, debía ir a por mangel, debía buscarle, así era el amor y él... él hubiera hecho lo mismo si luzu hubiera sido quien desaparecía repentinamente.
— te tengo un regalo —, menciona auron sobándose la nariz.
— ¿ah sí?
caminó hacia la alcaldía y lolito le siguió, bordearon el ayuntamiento hasta las vallas que estaban tras de este y ahí atado había un chocobo blanco, el chocobo de auron.
— quiero que te lo quedes —, le dice auron quintando el amarre de la cuerda para poder entregársela a lolito —. mi alcalde no puede irse sin un chocobo.
con una sonrisa triste, lolito recibió al chocobo, le dió una caricia en la cabeza y comenzó a llorar también. suavemente, abrió sus brazos y rodeó a auron quien volvía a llorar junto a él, aquello era lo más difícil que ambos habían hecho, apartarse del otro era como quitarse una extremidad pero el triple de doloroso. por mucho que quisiera, lolito no podía quedarse, era algo que debía hacer por muy doloroso que fuera, debía dejar a auron.
— déjame ir contigo —, le pide auron en una súplica, lolito niega con la cabeza —. lolito, que no se vivir sin ti.
— no —, niega con la cabeza lolito sin soltarlo —. debes cuidar karmaland por mi, quiero que tu seas el siguiente alcalde y le des al pueblo todo lo que yo no pude, después de todo, siempre fuiste tú quien estaba destinado a gobernar karmaland, no yo.
— me da igual karmaland —, suelta auron —. alguien más se hará cargo.
— es tu hogar y siempre debes proteger a tu hogar.
— ¡tú eres mi hogar, coño! —, suelta con frustración, lolito le miró con las mejillas empapadas en lágrimas —. tu eres mi hogar, lolito.
— entonces debes dejarme ir.
la escena se vió interrumpida cuando llegaron los demás chicos, ambos se limpiaron las lágrimas y miraron a los demás, unas expresiones llenas de tristeza llenaban el rostro de los chicos pero ninguna supera la de auron. caminó hasta ellos y fargan le rodeó el cuello con un brazo en señal de apoyo, auron apoyó su su rostro en su hombro y miró a lolito quien estaba enfrente de ellos mirándoles con los ojos llorosos y el sombrero de alcalde en las manos.
— bueno —, dice sin saber como comenzar —. es hora de partir, pueblo de karmaland.
todos guardaron silencio y le miraron, parecía estar dándose ánimos o repasando lo que quería decir, pero cada vez que alzaba la vista y veía esas miradas en sus ojos, perdía toda la determinación, no podía alargarlo más o terminaría cediendo y no quería eso.
— os voy a extrañar a todos, ostia —, suelta con un sollozo y se acercó a ellos con los brazos abiertos.
se unieron en un abrazo grupal, el último con lolito, con su alcalde. se alejaron de él y le miraron con los ojos nublados por las lágrimas, auron ya no había podido contenerse más y lloraba en brazos de fargan.
— mano derecha —, le llama, auron levanta la vista para verle —. jamás te olvidaré.
>a ti vegetta, puto loco, voy a extrañar que me regañes por hacer ilegalidades.
— hombre, yo voy a extrañar que rompas cada una de las reglas que pongo —, le dice dándole un fuerte abrazo.
— alexby, sigue siendo el gran policía que eres y tú fargan, has sido el peor policía de karmaland y eso me encanta —, les dice a los chicos que le miraban con su uniforme puesto —. rubius, tu eres el siguiente más psicopata de este pueblo después de mi, te otorgo el lugar número 1, tú, willy, asegúrate que fargan no destruya todo karmaland.
— hombre, yo le ayudaré a destruirla.
— no me cabe duda —, menciona lolito con una sonrisa nostálgica —. y luzu, ¿recuerdas que cuando estabas en prisión me dijiste que tú cuidarías de auron? te cobraré la palabra, cuídalo por mi.
— te lo prometo —, asiente luzu.
suspiró fuertemente y les dió una mirada por última vez. eran los habitantes más desorganizados, destructivos, malvados y tontos que existían pero como los iba a extrañar a todos y a cada uno de ellos. posó sus ojos sobre auron que le miraban con los ojos llenos de lágrimas, su mandíbula temblaba, hacia lo posible por no volver a llorar.
— adiós, karmaland —, susurra mirando al poblado —. gracias por todos estos buenos momentos, jamás lo olvidaré.
tomó el chocobo que auron le había dejado y, tras darles un último vistazo, comenzó a caminar en dirección opuesta a ellos. escuchó el llano ruidoso de auron a sus espaldas y, de pronto, todos comenzaron a aplaudirle, era lo que se merecía el mejor alcalde que karmaland había visto. y con aplausos y llantos de fondo, lolito se alejo de karmaland para no volver mas.
— voy por ti, mangel.