— ¿crees que despertará pronto? —, pregunta lana al ver a luzu salir de la habitación donde auron reposaba.
la verdad es que no lo sabía, no se le veía para nada bien, su cuerpo había recibido muchísimo daño y, aunque había hecho lo mejor que podía, no era ningún médico y no sabía como tratar quemaduras de ese nivel. ya llevaba tres días en cama sin abrir los ojos y comenzaba a preocuparse, esos tres días solo se apartaba de él para ir al baño como era ese caso.
— no lo sé —, niega sintiendo como un nudo se formaba en su garganta, lana también parecía muy preocupada —. ¿por qué mierda lo hizo? dios...
con cuidado, lana pasó su brazo por detrás del cuello de luzu y le dió un abrazo. habían decidido no decirle a nadie que auron estaba allí porque sabrían que le traería problemas, era más que obvio que se encontraba así porque había explotado el invernadero y, desde que había ocurrido eso no paraban de buscarle por todo el pueblo, no podía dejar que lo atraparan.
— te ves fatal —, menciona lana observando el rostro pálido de luzu y con ojeras por no dormir —. deberías descansar.
— no quiero apartarme de él hasta que despierte.
— se nota que le quieres mucho —, menciona lanita acariciando su rostro pero luzu notó de inmediato que esas palabras venían con una segunda intención. lanita ya lo sabía.
— lana, yo... —, intenta hablar pero sus palabras no salían de su boca —. yo... tengo que contarte algo.
¿en serio estaba por hacer eso? tal vez no estaba pensando con claridad, auron estaba muy mal y podría no sobrevivir, no había dormido por tres días y estaba bajo mucho estrés pero, si ese no era el momento, ¿cuándo? debía decírselo, se lo debía a lana y ya no podía ocultarlo más, era como si esas palabras quisieran brotar de su boca desde hace mucho tiempo. no podía seguir fingiendo.
— luzu —, dice ella con cariño mirándole directamente a los ojos —. ya lo sé.
los ojos de ambos se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo. era obvio que ella lo sabía, habían pasado tantas cosas juntos, lo conocía mejor que nadie, podía leerlo como un libro. lo que no entendía era cómo reaccionaba tan bien a la noticia y si ya lo sabía, ¿por qué no dijo nada?
— ¿cómo?
— te conozco como nadie, luzu —, suelta con suavidad —. y lo sé porque le miras como solías hacerlo conmigo.
en ese momento, lanita parecía estar al borde del llanto pero se mantuvo firma, con sus ojos marrones le miró llena de afecto y sostuvo su rostro entre sus manos mientras le observaba.
— y quiero decirte que te apoyo en esto —, suelta con un hilo de voz —. porque te amo y lo único que quiero es que seas feliz, conmigo o con a... con quien sea y si auron te hace feliz, entonces es suficiente para mi.
— lanita...
— solo te pido una cosa —. sus palabras salían entrecortadas por los sollozos que intentaba ahogar pero aún mantenía su mirada firme —. no te guardes tus sentimientos, tienes que decirle que le amas o te arrepentirás de no habérselo dicho cuando sea muy tarde.
— pero...¿y si no siente lo mismo por mi? hasta donde yo sé, a auron no le van los chico.
— si no siente lo mismo por ti, entonces es un tonto —. parecía que estaba a punto de romperse, tomó aire y volvió a hablar —. cualquiera sería muy afortunado de ser amado por ti.
ambos comenzaron a llorar en ese momento sin poder evitarlo. con fuerza, luzu estrechó a lanita contra él y ella no dudó en corresponderle el abrazo. con esto, acababa de terminar su relación, todo por auron, lo único que esperaba en ese momento no era que auron le quisiese de vuelta, solo quería que abriera los ojos y le mirara aunque sea por última vez.
