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fueron a casa de auron tras cenar en el restaurant de karmaland, en su primera cita, todavía había salido mal para auron quien estaba sumamente nervioso, de partidas, dejó caer mil veces su tenedor por accidente, derribó un vaso con agua y hasta tropezó con una mesa al salir. se sentía sumamente avergonzado pero es que jamás se imaginó que ese momento iba a llegar y, por alguna razón, luzu lograba que auron se volviera más torpe de lo normal.

se sentaron fuera de casa de auron en la pequeña bajada natural que daba hacía la laguna frente a su casa, el sol se estaba poniendo tornando todo el cielo de color anaranjado. auron se dejó caer hacia atrás recostándose sobre el verde césped mientras cerraba los ojos relajándose.

— que bello es este lugar de karmaland —, suelta luzu suavemente —. ya veo porque te has mudado.

— quería estar un poco más tranquilo —, comenta auron explicando la verdadera razón —. debo admitir que fue una decisión precipitada, estaba molesto con todo el mundo luego de que lolito se fue y solo quería estar solo.

— me imagino —, asiente —. pero, tío, ahora estás lejísimos mío.

— tranquilo —, suelta auron sonriente —. que haré un túnel que conecte mi casa con la tuya para ir a besarte cuando me de la gana.

las mejillas de luzu se tornaron de un color carmesí y soltó una risa nerviosa, bajó la vista para mirar a auron que le miraba con esos ojos tan dulces de color marrón, podía parecer tonto pero era primera vez que se percataba que tenía un piecing en la ceja, tal vez no lo había visto antes porque siempre se preocupaba más de reprimir sus sentimientos hacia auron que de mirarle, ¿cuantas cosas se había perdido por estar tan ensimismado en sus propios sentimientos?

— ¿y ahora no te da la gana? —, habla luzu nerviosamente, jamás se imaginó diciendo algo así, incitándole a que le besara.

pero funcionó, auron sonrió de lado y se apoyó en sus codos para quedar más cerca de su rostro, inclinó su cuello hasta luzu y cerró los ojos, tenía todo un remolino de emociones en su estómago que parecía apuntó de volveré loco, sentía hormigueo en la punta de sus dedos y sobre sus labios. cuando sintió los labios de auron sobre los suyos el remolino ni hizo más que aumentar su intensidad, parecía que iba a explotar de tanta emoción, tantas ansias, tanto deseo. auron parecía más tranquilo, le besaba con delicadeza como si estuviera disfrutando cada segundo que pasaba, pero aquello no le bastaba a luzu, había esperado mucho tiempo como para conformarse solo con un beso de cuento de hadas. recordó aquella imagen qué pasó por su cabeza cuando estuvo con lanita y dios, como se moría por verla hecha realidad. necesitaba sentir a auron cerca de él, sentir su cuerpo contra el suyo, su calor contra el suyo, quería conocer cada parte de él mejor que nadie, quería besar cada parte de su cuerpo. y ni siquiera quería esperar hasta llegar a casa de auron.

aumentó la intensidad de los besos y auron abrió los ojos con sorpresa, tras unos segundos de shock, le siguió el beso con tanta ferocidad que luzu parecía desfallecer. había besado a bastantes chicas antes, los besos con chicas eran delicados, suaves y tiernos, pero no sabía si aquél era el modo de besar de auron o si todos los chicos besaban así pero era completamente distinto, había más fuerza, más furia, mucha más pasión, sus lenguas parecías enfrentarse en la boca del otro, podía sentir la mandíbula de auron contra la suya y sus besos le quitaban el aliente bastante rápido, ambos jadeaban de vez en cuando en la boca del otro por la falta de aire pero no parecían dispuestos a detenerse, aquello incluso le prendía más de lo que debería. y si dentro de luzu quedaba una pizca de vergüenza por estar haciendo aquello a la intemperie, mandó todo al carajo cuando auron mordió su labio y lo jaló un poco con suavidad, aquello había sido lo más sexy que había experimentado jamás.

su cuerpo estaba casi completamente encima del auron, pasó una pierna por encima de la suya dejándola justo entre ambas piernas de auron, deslizó su muslo estratégicamente por encima de la pelvis de auron comprobando que él sentía lo mismo que luzu, al sentir aquél tacto, por reflejo, las caderas de auron se levantaron un poco y  pareció titubear por un segundo. aquello es lo más arriesgado que había hecho en su vida, con cualquier otra persona no se hubiera atrevido, pero auron tenía pinta de ser alguien que nunca le decía que no a cosas que parecieran arriesgadas y eso le daba a luzu las agallas para hacerlo también.

— ¿tú creas que sepan que estamos en la casa? —, pregunta brett mirando por la ventana.

— ¿qué más da? tu trae la cámara que después podremos chantajearle o aún mejor, subirlo a internet y lucrar con eso —, le apresura monica mirando también por la ventana —. chaval, que esto es una mina de oro.

— que me siento mal mirándoles.

— ¡va! que ya ambos aquí le hemos visto la polla a auron, así que da un poco igual.

pasó las manos por el cabello de auron jalándolo un poco hasta atras hasta que auron se dejó caer nuevamente en el césped, luzu aprovechó esto para sentarse sobre él a horcajadas, acercó su rostro al de auron y, cuando éste estiró el cuello para seguir besándole, luzu se apartó para besarle el cuello. sintió como la respiración de auron se entrecortaba con cada beso y sus manos temblaban sobre su espalda, estiró el cuello hacia atrás dejándole más espacio a luzu. le dio una suave mordida sobre la clavícula y luego lamió desde allí hasta la mandíbula de auron. se acercó hasta sus labios y se detuvo para mirarle, entre la pasión del momento todo pareció desaparecer de su al rededor y el rostro de auron era lo único que veía, con sus mejillas levemente sonrojadas, sus labios hinchados, su cabello despeinado pero sus ojos aún mirándole con ese brillo tan particular como el que siempre le miraban, llenos de cariño.

— te quiero —, menciona luzu en una sonrisa, auron le besó la barbilla.

— yo a ti, mi niño.

wrong number; luzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora