Epilogo

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— ¡vamos, hombre! ¿ya te has cansado? —, inquiere auron entre risas, lolito se detuvo y apoyó sus manos sobre sus rodillas para tomar aire —. ¡que llegaremos tarde, coño!

— ¡que ya voy! —, exclama incorporándose y siguiéndole —. joder, que pesado que eres, mano derecha.

— que ya no soy tu mano derecha, loli.

— tu siempre serás mi mano derecho —, le dice pasándole un brazo por el cuello, auron rió fuertemente.

los arbustos que cubrían el camino frente a ellos se sacudieron y entre los matorrales aparecieron luzu y mangel quienes se había adelantado.

— ya no vas tan embalaísimo como antes —, se ríe mangel estirándole una mano a lolito quien la recibió.

— es la edad, mi niña.

— ¿y a ti te tienen de niñera? —, pregunta luzu mirando a auron quien se encogió de hombros, con una sonrisa, luzu caminó hasta auron y le abrazó por sobre los hombros.

— ¿falta mucho? —, pregunta auron haciendo un falso puchero, escondió su cabeza en el hueco del cuello de luzu y le dio un suave beso.

— no queda nada ya.

— sigamos entonces.

le tendió la mano y siguieron por el sendero del bosque, el camino cada vez se empinaba más a medida que se acercaban a la cumbre. luzu y auron veían como mangel y lolito caminaban frente a ellos dando brincos de alegría y riendo entre ellos, aquella felicidad que reflejaban se les contagiaba sin poder evitarlo. llegaron a la cima y se detuvieron bajo la sombra de los árboles, a lo lejos se veía la construcción de casa de vegetta flotando por los aires, el pueblo de karmaland, la vieja casa de luzu que ahora ya no tenía lava sino que en su exterior habían crecido arboles y flores, seguramente obra de lanita, la casa árbol de willy seguía igual de impresionante que antes. todo parecía estar como lo dejaron.

— ¡allí! —, exclama lolito señalando en dirección a la iglesia.

se veían lejanos pero igualmente pudieron reconocer a las personas que salían de la iglesia. estaba todo atiborrado de gente y habían flores por todos lados, podían ver una gran alfombra blanca que indicaba la salida de la iglesia donde esperaba la gente vestida elegantemente. las puertas se abrieron de dos en dos y de ellas salieron dos chicos de traje, uno blanco y otro azul marino tomados de la mano con unas inmensas sonrisas en sus rostros. cuando recibieron la invitación a la boda de vegetta y rubius, no lo podían creer, jamás se habían esperando que algo así ocurriera aunque, la verdad, hacían una gran pareja. la invitación había llegado a ellos a través del viejo celular que auron aún conservaba para poder comunicarse con monica, ella le había dado la información y no pudo no asistir, era cierto que no podrían bajar y asistir formalmente ya que se habían marchado hace mucho tiempo y no querían desviar la atención de la boda de sus amigos, pero con estar allí presentes en un momento tan importante les parecía suficiente.

— ¡vivan los novios, joder! —, exclama lolito alzando un brazo.

— ¡vivan! —, respondieron todos al unísono.

— algún día esos seremos nosotros, luzu —, comenta auron apoyando su cabeza sobra la de luzu, este sonrió sin poder evitarlo.

— ¿piensas casarte conmigo? —, inquiere luzu sonriente.

— no, con merlon, claro que contigo, tonto.

— y supongo que yo seré el padrino —, suelta lolito uniéndose a la conversación.

— claro —, asiente auron —. y mangel me hará una despedida de soltero, ¿ah que si?

— la mejor.

los ojos marrones de lana observaban la escena cristalinos por las lágrimas, brett no se había contenido y había llorado sin ninguna vergüenza, por su parte, monica se mantuvo con su típica expresión fría mirando a los dos chicos alejándose de la mano. sintió como lana de le acercaba y observó por sobre su hombro, la chica miraba tristemente hacia su casa en donde los tres llevaban viviendo desde que los chicos se marcharon.

— ¿no te parece triste que no estén todos presentes? —, pregunta lana con un aire solemne, monica sonrió suavemente y bajó su vista a su móvil, auron le había enviado una selfie suya desde la colina frente al pueblo donde se podía ver la iglesia de fondo, luzu salía de espaldas mirando hacia la iglesia al igual que mangel y lolito. no le había contado a nadie de que aún mantenía contacto con ellos, era su pequeño secreto.

— tranquila —, menciona monica alzando la vista hasta la montaña y aunque no logró divisarlos, supo que allí estaban —. ellos siempre estarán con nosotros.

fin

wrong number; luzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora