al despertar por los rayos de luz entrando por la ventana, auron hizo el ademán de estirarse pero sintió su brazo dormido, al abrir los ojos se encontró con el rostro de luzu frente al suyo. ¿qué cojones...? ¿se habían dormido? frunció el ceño inconscientemente y luego rió al darse cuenta de la escena.
— eh, luzu —, habla con la voz rasposa por haber despertado recién, luzu se mueve un poco en su sitio aplastando más el brazo de auron —. despierta, cabron.
los ojos de luzu se abrieron lentamente y profirió una leve queja antes de despertar por completo, se estiró en su sitio y, al percatarse que estaba sobre el brazo de auron, se incorpora de un brinco permitiendo a auron hacer lo mismo. luzu se sentó a los pies de la cama y se pasó las manos por el rostro frenéticamente obligándose a despertar, aunque despertar con el rostro de auron frente a él le había ayudado muchísimo para quitarle el sueño.
— buenos días, mi niño —, saluda auron con humor, luzu le observa extrañado —. con esto ya estamos prácticamente casados, ¿lo sabes?
las mejillas de luzu instantáneamente se tiñeron de color al oír la broma de auron, quien se acercó a él para mofarse pero luzu lo apartó de un empujón.
— no tiene gracias, lanita debe estar preocupada —. era mentira porque lanita no sabía de él desde que tuvieron aquel...incidente, sólo necesitaba una excusa para irse.
— que va, hombre, porque te pires una sola noche no pasa nada —, le intenta calmar auron encogiéndose de hombros —. te invitaría a desayunar pero ya es medio día.
se permitió observarle bien, no lo había hecho desde que despertó. auron tenía muy buen dormir, no se movía nada, ni siquiera roncaba, el único problema era que auron abrazaba bastante fuerte, aún sentía su cuerpo dolorido por dormir toda la noche abrazando a él. pese a esto, su cabello siempre amanecía despeinado, pero no era algo que le quedara mal, la verdad, a luzu le enloquecía verle con sus cabellos desperdigados en todas dirección, tal vez porque estaba acostumbrado a verlo con el cabello bañado en gel y en punta.
— ¿ves como ya estamos casados? ya incluso me miras como enamorado —, bromea auron soltando una carcajada.
— ¿qué dices, tonto?
dejó de reír pero su sonrisa no se fue de su cara y luzu no pudo evitar corresponderla. aquella, sin duda, había sido su mejor noche.