xv

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llegó a casa de vegetta con una amplia sonrisa en su rostro y claramente el mayor no lo pasó por alto. tras abrirle la puerta no pudo evitar sacar el tema a flote.

— vaya, hombre, ¿por qué tan feliz? —, pregunta con curiosidad caminando junto a luzu al interior de su casa.

— nada, solo he estado con auron hace un rato —, menciona ampliando su sonrisa, vegetta le miró por sobre su hombro y se encogió de hombros.

— espero que no estuvierais haciendo cosas ilegales —, bromea dándole un codazo juguetón, luzu se ríe —. confío en ti, en auron no mucho la verdad, pero en ti sí.

caminaron por la casa de vegetta a la zona de sus animales hablando de trivialidades pero la mente de luzu paseaba por el recuerdo de su conversación con auron sin poder siquiera evitarlo. vegetta le dió unas instrucciones sobre en qué podía ayudarlo y, sinceramente, lo único que luzu entendió era "madera" y "animales" pero la verdad no comprendió específicamente que hacer con esos dos conceptos que estaba seguro que vegetta había nombrado, ¿o no? bueno, tal vez dijo otra cosa y se estaba confundiendo. dios, tenía que empezar a centrarse un poco más.

— ya, luzu, ¿estás aquí? —, le llama vegetta moviendo su mano frente a sus ojos, luzu sacudió su cabeza y asintió —. hombre, ¿qué sucede?

abrió la boca dispuesto a mentirle y decirle que no pasaba anda, que solo estaba cansado, pero jamás había sido muy buen mentiroso y menos con sus amigos, vegetta era una persona de fiar, lo conocía hace bastante tiempo, podía decirle que le pasaba e incluso podría ayudarle, ¿no? cerró la boca y le miró fijamente, como si esperara que él adivinara que le sucedía por si solo pero, claro, vegetta no podía leer su mente, sería tan sencillo todo si así fuera.

— la verdad es que... —, guardó silencio porque no sabía como comenzar a hablar, sus palabras se tropezaban en su mente sin saber cómo salir —. yo...

vegetta lo detuvo con un ademán de mano y se volteó para quedar frente a él, sin saber que hacer, luzu lo miró con el ceño fruncido. no sabía por qué pero sentía que vegetta, de alguna forma, sabía exactamente lo que le ocurría y aquello lo aterraba pero a su vez provocaba un gran alivio en su interior. debía decírselo.

— luzu, mira, te conozco hace años y sabes que para cualquier cosa aquí estoy yo para apoyarte y escucharte —, comienza vegetta mirándole fijamente —. si un día te levantas y te golpeas el meñique en una mesa y eso arruina tu día, yo quiero que tú vengas y me lo digas y juntos nos cagamos en la puta mesa en la que te golpeaste., ¿vale?

sin poder evitarlo, los ojos de luzu se llenaron de lágrimas, tal vez por sus sentimientos reprimidos o tal vez por la emoción que le producían esas palabras, era agradable saber que había alguien ahí que lo apoyaba y con quien podría contar en aquel momento tan complicado. miró a vegetta directo a sus ojos púrpura y no pudo evitar comenzar a temblar.

— cr-creo que estoy sintiendo cosas por auron...

y en ese mismo instante rompió en llanto contra el pecho de vegetta sintiendo como toda su vida se desmoronaba.

wrong number; luzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora