VIII

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Seonghwa era consiente de todas sus peculiaridades, no solo las que todos notaban y resaltaban de acuerdo a sus dos naturalezas independientes, como su heterocromía o sus cabellos. Aquella combinación dual, donde un lado tenía el iris ámbar y el pelo rubio casi blanco en contraparte a su otro lado, con el iris negro y mechones asemejando el tricolor de un Zorro. 

Era tan notoria, que parecía ser una característica que opacaba todo lo que en verdad era como persona. Siempre se había identificado más como un Conejo, le gustaba saltar en la pradera, comer flores y brincar como loco cuando estaba feliz. Le gustaba ser mimado, le temía a un montón de cosas y cuando estaba aterrado, se hacía bolita. Siempre se identificó como un Omega, pues como can (su parte zorro), su estirpe fue presentada por medio de los primeros aullidos de su animal interno. 

Fue su naturaleza de Lepórida (conejos y liebres) quien se presentó como Alfa cuando cumplió 15 años. Quería ser un Conejo pero no un Alfa, quería ser un Omega pero no un Zorro. Ningún Alfa lo querría, su naturaleza dominante tenía un fuerte aroma y lo había dotado con un pene proporcional, lejos de las dulces formas de un Omega. Era un dilema grave en su posición, algo que verdaderamente lo afligia. 

Aunque algunos pudieran pensar que se movía entre dos mundos, la verdad era un extraño en cualquier piel, donde su pelaje de orejas largas era pintoresco en un rojo vivo, y su pelaje de can era blanco con manchas cafés en el lomo. Ahora con sus 18 años cumplidos, aunque fuera muy temprano, ya había empezado a perder la esperanza de encontrar el amor, porque no podía gustarle un Omega u Alfa sin que a su otra parte le desagradara completamente las feromonas de excitación de su semejante. Era una maldición, y sin exagerar, Seonghwa creía firmemente que moriría virgen. Los placeres de la sexualidad genital estaban fuera de su alcance. 

-¿Estas emocionado por tu primera noche de caza en manada? – como era usual, desde que Seonghwa se había integrado a los Lobos Choi, hace tres días, Yeosang estaba a su lado, sonriéndole simpático, destellando buen humor para que se sintiera cómodo en su nueva "familia".

-La verdad no, nunca he cazado y hace años que no trasmuto a Zorro- en ese momento a Seonghwa le avergonzaba su falta de aptitudes de depredador, lo cual era nuevo, y radicaba en ese deseo de su Alfa por impresionar al apenas desarrollado Omega. 

-Que vergonzoso, tener garras y colmillos blandos. Es más, apuesto a que a la primera gota de sangre vas a desmayarte-y como también se había vuelto costumbre, el hijo del Líder, Jongho, estaba allí para molestar al Conejo-Zorro. 

-T-tal vez- acepto sonrojado Seonghwa, apartando la mirada de los dos menores. Aquellos pequeños y tiernos Lobos eran realmente lindos, tanto que podía notar en sus facciones que Jongho sería un gran y fuerte Alfa, mientras Yeosang sería el Omega con la belleza más exótica y atrayente de la Manada. Al lado de los dos, él solo era como un caso de caridad. 

-Bueno, no queda de otra, tendré que enseñarte a cazar como se debe- declaro el pequeño Alfa con obvio fastidio reflejado en su rostro y voz. Agarro al Omega-Alfa mayor, para arrastrarlo al corazón del bosque.

-Por supuesto que no lo harás- los detuvo Yeosang, tomando con fuerza el brazo libre de Seonghwa. -Solo vas a tratarlo mal, yo puedo enseñarle mejor que tu-peleo el Omega por el control sobre el Conejo-Zorro.

 -Va a estar como Zorro, por lo que será un Omega, como tal necesita de un Alfa que lo cuide durante la caza- apretando los dientes, en un gruñido extendido, Jongho trataba como por décima vez, alejar a Yeosang de Seonghwa. 

-¡Tú no eres su Alfa! - gruño con fuerza el Omega menor, incrustando sus garras en el adolorido brazo del mayor, que ya estaba acostumbrado a ser jaloneado por los hormonados adolescentes. 

¡No soy un corderito! {Sanwoo} [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora