¡No soy un corderito! {Sanwoo} [1]

XXXI

San se encontraba muy apenado, pues estaba en una sala llena de la familia de Wooyoung, todos halagando el "detalle" que tuvo para animar al Leoncito.

Había 16 aterradoras Leonas, y si creía que el séquito que conocía era aterrador, las adultas lo hacían sentir escalofríos en el alma. Gracias a la Luna, los grandes Felinos se dispersaron para conseguir comida o seguir relajándose bajo el sol, y él pudo retirarse con su Omega a un lugar más privado, donde podrían hablar con calma de todo.

-Perdón por todo el público, en unos días todas mis Leonas van alcanzar su madurez sexual, por lo que oficialmente se formara el Harem de mi hermano mayor Soobin, y Beomgyu ya debe empezar agregar a quienes formaran parte del suyo.

- ¿Por qué tan rápido? ¿Acaso ya heredarán los puestos de Líderes? – ambos se dirigieron al cuarto del Leoncito, que seguía tan vació como la primera vez que lo visito.

San se preguntó ¿Cómo si la casa estaba tan llena de adornos, este cuarto parecía tan solitario?

-No, pero van a empezar a entrenarse para ello- Wooyoung decidió no decir nada más al respecto, apenas estaban arreglando los detalles de su relación, como para agregarle los detalles de su apareamiento a futuro.

-Claro...entiendo- sin más muebles que el colchón, el Alfa se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. -Puede que suene tonto e inseguro pero ¿estamos bien? Quiero decir, aún no sé qué te molesto tanto la otra vez. Fue bastante doloroso que me rechazaras, sentí que mi compañía no era bien recibida, y saber que no me querías cerca no fue fácil de asimilar. Me duele físicamente no estar a tu lado, pero parecías tan negado a volvernos a ver o perdonarme... pensé varias veces que quizás, no volveríamos.

-Sí, puedo entender perfectamente como debiste sentirte. Nuestros instintos son muy fuertes. No dejan de obligarnos a comportarnos extraños ¿verdad? -el Leoncito se acomodó en su improvisada cama. En un principio no había sentido tanto la molestia de ser castigado sin muebles nuevos, ahora estaba empezando a serle un problema.

- ¿Eso es malo? – Wooyoung lo miro fijamente, al igual que San, ambos estaban buscando en el otro algo que les diera una pista ¿arrepentimiento, resignación, malestar?

-No tengo ni la menor idea, tal vez si lo pienso de forma extrema ¿podrían estos instintos obligarnos a estar juntos contra nuestra voluntad? Si tú me odiaras, si yo lo hiciera, por alguna razón muy grave ¿aún querriamos estar juntos? Si la respuesta fuera que sí, entonces si es algo malo, no parece justo para nadie. Sería cruel- el Leoncito había escuchado la historia de sus padres, abuelos y aún más antepasados. No eran perfectas, si una atracción instantánea pero no una convivencia rosa, siempre existían los roces y los conflictos, pero nada realmente malo.

-Conozco parejas así, que lastiman a la otra, que se odian muy en el fondo, por todo el resentimiento del dolor y la traición, pero siguen juntas. No saben el porqué, solo que no pueden estar sin la otra persona. No es como si estuvieran destinados, es por decisión propia, sin ninguna otra presión que sus propios sentimientos. Me daría miedo quedar atrapado en una situación similar, pero tú no eres así- el Omega bajo la mirada, apretando entre sus puños la suave colcha.

-No es verdad, yo lo hice, te humille, tú mismo lo aceptaste, no lo hubieras perdonado sino fuera por "esto" Nuestra relación es mala- en contra de todas las reacciones que se hubiera esperado, San comenzó a reír, largas y constantes carcajadas llenaron el espacio.

Wooyoung estaba a punto de protestar, estaba tratando de hablar seriamente en ese momento, pero entonces el Alfa se le abalanzo encima, presionándolo en un afectuoso abrazo, mientras le sobaba la cabeza, murmurando como si estuviera tratando con un cachorro que no entendía la vida.