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Otro día normal en el instituto, solo que Wooyoung había tenido una muy mala noche. Cuando su padre Omega le hablo del celo, menciono la hipersensibilidad, la sudoración y lubricación excesiva, los retorcijones de calor en sus entrañas. Pero vivirlo había sido una cosa completamente diferente, fue insoportable, en especial la forma en que los olores picaban en su nariz y sus caderas obscenamente efectuaron una danza erótica que él desconocía por completo, restregándose contra cualquier superficie al mismo tiempo que se ofrecía al aire. 

Porque el leoncito se encerró en su cuarto, molesto por su condición. Los supresores habían mitigado la mayor parte de los efectos, pero en las noches tendría que volver a enfrentarlos, porque no era bueno abusar de las pastillas. Igual solo era un pequeño alivio porque la sensibilidad aún mantenía húmeda su ropa interior. Luego de rociarse un inhibidor de feromonas, creyó que un día de clases sería el lugar más tranquilo, después de todo no pasaba nada interesante, y podía reportarse enfermo para sentarse durante deporte. El salón se llenaba de cambia-formas, todos jóvenes y sin feromonas que lo molestaran. 

Hasta que San cruzo el umbral, no, el Alfa aún era muy joven, un Lobo no desarrollaba feromonas hasta los 18 años...entonces, ¿por qué su nariz picaba al reconocer el aroma particular de esté? Wooyoung sentía a su León, arañando la superficie de su control. Como si hubiera algo defectuoso en sus instintos, se recordó mentalmente que el Lobo no estaba desarrollado, no podía estar respondiéndole de ninguna forma, debía calmarse. Entonces su Felino gruño, exigiendo que marcaran a quien consideraban su pareja, con las poderosas feromonas, solo así se calmaría. 

¿Cómo iba a ser eso? ¿Acercarse y rozarse disimuladamente? No, eso no bastaría para dejar su aroma. De nuevo su interior jalo dolorosamente su conciencia, si no tenía cuidado, su parte animal perfectamente iba a tomar el control. Disimuladamente hizo su camino hasta el puesto de San, apoyando sus palmas abierta sobre el mesón. -...- el Alfa lo miro, pero no pudo formular palabras, lo que iba a pedir era vergonzoso, y cerca del Lobo, se sentía un poco frágil, quería recostarse en el regazo del Can para recibir caricias. 

San dio una larga y profunda calada cerca del cuello de Wooyoung, alertando al Felino –Hueles totalmente diferente ¿dejaste de comer trucha? Espera...oh- el Lobo se sonrojo, alejándose completamente abochornado. Entendimiento golpeó al Leoncito, que prácticamente corrió a su puesto, cubriendo para esconder sus mejillas encendidas. 

¡San lo sabía! Grito su parte racional, revolcándose en la vergüenza. 

¡Él dijo que ya no olemos a trucha! Contrarrestó el rugido de su León. 

¿Y eso por qué es importante? Exigió Wooyoung con sus parpados y dientes apretados entre sí. 

Tal vez no nos reconoció como su pareja por nuestra inmadurez, pero ahora que nuestro aroma es diferente, le va a gustar, va a entender que nos pertenecemos se respondió en su mente, interpretando los sonidos de su animal interno. Era verdad, era un Omega maduro y olía delicioso, y el Alfa capto su estado bajo la medicación, eso era una señal. San era su destinado, siempre lo supo, ese horrible rechazo ya no importaba. 

Wooyoung ronroneo llamando la atención de quienes se sentaban a su alrededor. Desde su lugar, el Lobo se quedó mirando el extraño abatimiento de la pequeña fiera. Sabía que los Felinos llegaban a su madurez sexual más rápido, estudiando entre tantos, una que otra vez le llego el aroma de esas feromonas, pero como Can le fue solo incómodo. Ahora, al olerlas en Wooyoung, solo deseaba hacer cualquier cosa para que el Omega lo dejara oler directamente del cuello. 

Eso no era normal. 

Su animal interno no estaba actuando como de costumbre, parecía estar aullándole con insistencia alguna clase de advertencia, aléjate de los Omegas, entendió, solo no sabía el porqué. Justo como si el destino quisiera verlo sufrir, Semi, una Loba Omega de su Manada, llego a su salón a buscarlo, eso no había pasado jamás según el registro de sus recuerdos ¿por qué justo hoy? 

¡No soy un corderito! {Sanwoo} [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora