Mingi se encontraba caminando por el sector de los Canes, tarareaba una canción animada, mientras sus caderas se contoneaban como si su cuerpo no pudiera con la tentación de bailar. Estaba realmente feliz después de lo que parecía una década, una sincera emoción.
Su padre Omega ahora salía del cuarto, ponía a los bebés en sillas de seguridad en el comedor, mientras preparaba el desayuno. Habían comenzado a comer juntos, y ya que los gemelos estaban pidiendo comida sólida, él podía encargarse de uno. Eran de nuevo una familia, podía sentirlo.
Aunque se sentía apenado por Hoseok, el Alfa había logrado que ellos avanzaran en una semana con sus consejos y desinteresado apoyo, además de que dejaba en el lugar su aroma protector, trasmitiéndole la seguridad que había un Alfa cuidando a un Omega que tenía crías indefensas. Todo esto sin interferir directamente ni una sola vez, porque entendía la situación.
Mingi le llevaba comida a la oficina del Detective, que se quedaba encerrado en ese espacio para no alertar a Taehyung, llegando a salir y entrar por la ventana durante el día, todo con tal de no dañar el progreso.
Era tan agradable y bueno, que el Tigre no podía dejar de sospechar. Todo el mundo buscaba un beneficio ¿Qué esperaba lograr Hoseok? No le cuadraba solo la excusa de su Don, pero según sus cálculos, no podía ver ninguna otra cosa valiosa que le pudiera ofrecer. Su pequeña familia seguía recibiendo la pensión por parte de su difunto padre, y aun así el Lobo no la recibía como compensación por todo. Es verdad que hacían la comida y el aseo, además que Mingi se había ofrecido para hacer el papeleo como un secretario. Por lo que tampoco se sentía como un arrimado.
En esos momentos Hoseok estaba acompañando "entre las sombras", normalmente lo tenía vigilado cada vez que estaba fuera de casa. Era una situación que no podía catalogar bien, por un lado después de su sueño dondese amenazaba a su familia, sintió que la guardia constante era reconfortarle. Pero perdía cierta intimidad e independencia, un sentimientos que calaba en su Tigre.
Se entretuvo en las casetas de condimentos, quería probar una receta nueva que le había estado sonando. Algo picante y jugoso siempre lograba levantarle el ánimo, bueno, normalmente la comida era algo así como su motivador. Le relajaba prepararla, le gustaba que sus seres queridos la apreciaran, y siempre buscaba nuevos sabores, combinaciones o platillos. El mercado era bastante grande pero justo un día entre semana, no se encontraba abarrotado de personas, por lo que se podía pasear con relativa tranquilidad.
Justo cuando iba al sector donde vendía truchas, se encontró de frente con Yunho.
El momento en que sus miradas se cruzaron fue incomodo, Mingi disimulo mirando muy interesado el puesto de verduras, el cual era por mucho el que menos frecuentaba. Pregunto por precios y que quedaría bien para darles papillas a bebés, no se apuró, tomándose su tiempo y aun así el Lobo-Oso no se movía de su lado. ¿Cómo debería interpretar aquello? ¿Yunho quería hablar con él? Conociéndolo seguramente era para bombardearlo con preguntas y acusaciones. Agradeció para seguir ignorando al Alfa, pasándolo de largo hacía la deliciosa trucha.
-Hey Rayado- lo detuvo al apresarle el antebrazo, ordenándole por el leve gruñido al llamarlo. -Quiero hablar contigo.
-Sabes bien como me llamo, y si crees que voy a irme de buena gana para hablar contigo, con esa actitud de principio, creo que eres más idiota de lo que pensaba en un principio- no importaba que Mingi buscara "la atención" del Alfa, él no iba a dejar que le pasara encima. El Lobo-Oso refunfuño pero aflojo el agarre, a veces le molestaba que su segunda naturaleza le impidiera ser más suave, pero al menos cuando no estaba de mal humor podía pasar más como un torpe hablador y no como un gruñón.
–Esta bien... por favor...
Un suspiro profundo, las señales inconfundibles de la incomodidad, con una mano inquieta sobando una parte del brazo o nuca, los ojos nerviosos que recorren todo a su alrededor, señal inequívoca de que la persona estaba buscando una excusa entre balbuceos.
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¡No soy un corderito! {Sanwoo} [1]
Fiksi PenggemarWooyoung es respetado y mayormente temido. Un Omega de León que le hace justicia a su indomable linaje. Por ello cuando su completa atención cae, en cierto Lobo considerado un "corderito" por su aparente debilidad como depredador, todos sus conocido...