XIX

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Mingi se encontraba en frente del arreglo funerario del Lobo-Oso Yunho, a su lado estaba la mayor parte de la Manada de este, entre ellos a quien conocía bien como San, respaldado por un sequito de Leonas y la pareja de él, Wooyoung, colgándole del brazo. La Leona Ryujin se le acerco.

-No te sientas mal, sin tu ayuda hubieran muerto muchos más. No se puede salvar a todo el mundo, aun con ese don especial.

-Estoy bien, entiendo mejor que nadie eso...es solo que, me hubiera gustado haberlo conocido mejor y agradecerle- Mingi recordaba vagamente el sueño que tuvo respecto a él llorando la pérdida del Alfa, pero ahora era diferente, no lo había conocido lo suficiente y no habían vuelto a estar en buenos términos. Era nostálgico, el sentimiento de pérdida dejaba un vacío en su interior, más no lograba sentirse lo suficientemente abatido.

-Te diré que al principio me pareció solo un dolor en culo, todo paranoico, renuente a cualquier ayuda Felina, pero se ganó mi respeto por eso mismo. Tal vez si se hubieran hecho amigos, él no habría sido tan terco al respecto y aun estaría vivo. O tal vez si las chicas y yo lo hubiéramos amarrado para forzarle algo de razón en su pequeño cerebro a partir de la confiable violencia...bueno, quien sabe, ya no paso. Aunque entiendo que te sientas así, si un desconocido hubiera arriesgado su vida por mi familia, también estaría lamentando su perdida.

El joven Tigre de nuevo se levantó exaltado, aquella visión era diferente, el día, el evento, el número de víctimas, lo más atemorizante es que no habían sido solo cambia-formas de dos naturalezas ¿Significa acaso que su intervención había alterado el futuro? ¿Y si los atacantes lo descubrieron y por eso su familia había estado involucrada? ¿Yunho los había salvado? ¿De qué? No logro averiguarlo, el peligro esta vez era difuso.

"si no hubiera sido tan terco alrespecto"

¿esa era acaso una señal?

Mingi hundió su rostro en la mullida almohada que ahora tenía. Se había prometido salvar a Yunho antes, pero la amargura y la traición habían apañado sus buenas intenciones. Sin embargo la vida estaba siendo amable con él, de alguna forma. El camino del destino lo había traído a la casa de Hoseok, demostrándole que sus protectores solares no lo habían olvidado.

Si ellos le dieron este don, que en estos momentos parecía estar guiándolo en la dirección correcta, debía hacerle frente y retomar su convicción. Que se preparara ese Lobo-Oso terco, porque Mingi aún no se había rendido.

•••

¿Qué esperaba Wooyoung uniendo a las Leonas con los primos de San en la misma mesa?

Seguramente que hubiera una carnicería, el Lobo-Hámster ya se imaginaba la perversa escena en la cabecita del Leoncito, porque solo un tonto iluso esperaría que se llevaran bien, es más, hasta Yeosang que vivía en las nubes había expresado su inconformidad. Si el tonto más optimista que conocía decía algo como eso, era que las probabilidades eran menores que 0.

-Bien..mmmm. ¿Cómo lo digo con delicadeza? – comenzó Ryujin cuando las presentaciones incomodas fueron hechas.

-Fácil, no digas nada, eso es suficiente- le aconsejo sabiamente Lia.

-Oh, pero si no digo nada, no podremos conocernos y no nos haremos muuuuy amigos- ironizo rodando los ojos. No tenía nada en contra de Wooyoung juntándose con chuchos ¿pero por qué ellas también tenían que apestar a Lobo?

-De verdad quiero conocerlas a todas, en especial a la pequeña Chaeryeong- la nombrada se mantuvo impasible, retando al Alfa Namjoon con el movimiento elegante de una de sus cejas, elevándose despectivamente en su dirección.

¡No soy un corderito! {Sanwoo} [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora