XXXVIII

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San apenas tenía un día de haberse recuperado, la piel rosada y sensible ahora cubría su espalda y piernas. Necesitaba seguir un tratamiento, además de cuidarse del sol, el resto, solo sentía una leve incomodidad al apoyar esa parte en cualquier superficie, nada muy grave. Ya era momento de que saliera de la cómoda habitación, para enfrentar la realidad.

Al parecer desde el primer ataque hasta ahora, se había decidido enfrentar directamente a los seres alados, acordando un enfrentamiento en terreno neutral, que sería el gran desierto "qelalah" a tres días de distancia. Viaje al que partirian mañana.

Que tan impredecible se había vuelto la vida para San. Escuchar que su padre, junto con la mayoría de Alfas adultos, iba a participar, fue devastador. Personas resultarían heridas, incluso muertas, y entre ellas podía ser alguno de sus conocidos, o peor aún, alguien tan importante como su progenitor. Entre todas las precauciones para la próxima batalla, se construyeron refugios improvisados en la ciudad subterránea de los Suricatos y Topos. Donde se podrían refugiar los cambia-formas, que no fueran capaces de ir a la lucha, ni de defender los sectores de las ciudades que componían Yanara.

San iba a estar refugiado, porque era muy joven y aún seguía herido. Hongjoong junto a otros Alfas jóvenes y Omegas adultos, resguardarían las calles. El Lobo-Hámster, en sí no tenía alma de luchador, por lo que se hubiera quedado sin ningún problema en el lugar correspondiente, sino fuera porque Wooyoung, había sido seleccionado para liderar la seguridad de un sector.

Entendía que para los estándares felinos, el Omega ya no era un cachorro, pero a su criterio, no había forma de que se quedara tranquilo, resguardándose, cuando su pareja estaba afuera arriesgándose su pellejo. Se sentía tan inútil.

-Quita esa cara de amargado hermanito, yo protegeré a tu Omega por ti. Lo juro por mi vida- prometió su hermano mayor, y San se lo agradecía, solo que preferiría ser él quien estuviera al lado de su pareja. Pero lo entendía, no tenía aun el tamaño y musculatura de un Alfa Lobo, agregándole a que estaba herido, por lo que sus movimientos no serían tan fluidos en un combate.

-Se serio en esta tarea, voy a estar en el cuarto de control asignado con cámaras en toda la ciudad, por lo que voy a verte. No quiero presenciar como es Wooyoung quien tiene que salvarte a ti- no desconfiada de la capacidad de su familiar, solo tenía esa sensación paranoica. Estaba ansioso, quería de alguna forma, amarrar a su Omega y esconderlo, para que no tuviera que ir a luchar. Si, estaba empezando a empatizar con la sobre-protección que sufrió en su momento.

-Confía en mí, recibiré cualquier ataque por él. Ninguno de sus hermosos cabellos será lastimado- San gruño ante ese comentario, ahora no quería que su hermano estuviera cerca de su pareja. Irritado de forma irremediable, salió de la sala de juntas de la Manada, dejando a los adultos discutir los demás puestos asignados. Justo pensando en el Omega que de igual forma, nunca abandonaba sus pensamiento.

Olio a Wooyoung aproximándose por el camino principal del bosque, en su dirección. Que conveniente, justo en ese momento se sentía ansioso por un beso.

El Leoncito venía corriendo, con el resplandor del sol matutino acompañándolo a sus espaldas, logrando un efecto sublime, donde los suaves rayos lograban que los mechones que se agitaban de la esponjosa melena, parecieran hilos de oro, al igual que la acaramelada piel, que se volvía tan apetecible con ese brillo saludable.

No es como que lo pensara por primera vez, o que no lo reflexionara constantemente, pero siempre se encontraba admirando a su Omega, pensando lo hermoso que era, tan fuerte e inteligente, totalmente seguro de sí mismo, siendo toda una bestia indomable por donde se le viera. ¿Cómo es que el destino lo había emparejado a tan increíble cambia-forma? No se tenía mucha fe, en esa etapa de su vida se sentía el peor prototipo de Alfa, mientras Wooyoung parecía florecer majestuosamente.

¡No soy un corderito! {Sanwoo} [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora