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Mingi vio de nuevo esa sombra, estaba tan seguro que mantenía el perfil bajo que no se había movido de su escondite. Pues no esta vez, porque el Tigre estaba preparado, y preciso dio una vuelta que daba la impresión de estar alejándose del lugar, esperando a que efectivamente se moviera más cerca de él.

Saco su celular para ser más atractivo a ojos del espía, después de todo no había más revelador que oír una llamada ajena, donde pudiera desvelar algún secreto sucio. Aquel tipo que lo estaba acosando debía tener pies muy ligeros, no escuchaba ni siquiera el pasto crujir bajo el peso al caminar. Lo cual no importaba, podía sentir su presencia, acechándolo detrás. Puso su celular pegado a su oreja, susurrando.

-He obedeció, tal como usted me ordeno, no he revelado más que la información justa pero nada me dejara obtener la bendición del templo de los Leones. Creo que tendré que forzar una situación.

Tal como si estuviera pescando una trucha, se abalanzo cuando su presa estuvo a su alcance. Con un rugido tumbo al espía, quien era más pequeño y delgado de lo que hubiera imaginado en un principio.

-Waahhhh, no me comas- le suplico una voz infantil. Entonces Mingi se levantó, revelando el rostro joven de uno de los miembros de la Manada de Lobos.

-Tu, me has estado siguiendo y oyendo mis conversaciones ¿por qué, para quien trabajas? – el adolescente parecía tan abatido, al borde de las lágrimas.-Tu actuación no me va a engañar, ¡contéstame o te desgarro!

-No por favor, no trabajo para nadie, solo quería saber de qué hablaban, es muy entretenido. No se lo cuento a nadie, lo guardo para mí y trato de hacer algo con esa información pero juro que solo cosas buenas. Puedo ayudarte si me dejas, solo quiero seguir escuchando de tus visiones, son emocionantes- el Tigre de verdad esperaba que ese Lobo de grandes ojos negros y tez pálida, estuviera bromeando.

-Claro que no ¿Quién eres y cuál es tu segunda naturaleza? Es inquietante- Mingi no precisaba nada, pero estaba seguro que la naturaleza dominante no era la de un Lobo, no solo no olía como ninguno, sino que no lucia ni siquiera palpable. Si es que esa observación tenía sentido.

-Auch, acabas de lastimar mis sentimientos. Por eso no te lo voy a decir- refunfuño ofendido, cruzándose de brazos.

-No te estaba dando una sugerencia, es una orden- le rugió.

-No me gusta que me amenacen. Te estoy proponiendo toda una oportunidad, tómala o déjala rayado- el Tigre no entendía a este Lobo, pero la idea de tener a un espía a su favor era prometedora.

-Al menos dime tu nombre ¿no? – Mingi aún no era muy allegado a los Lobos, por lo que no identificaba a ese, lo había visto una vez al lado de Yunho, y solo esa vez.

-Detective V, a su servicio- hizo una clase de presentación, que, bueno, el Tigre supuso que quería verse genial. El problema es que no tenía un sombrero por lo que ese movimiento al aire, como el amague de sacarse los lentes, como que no tenía sentido.

-Bueno empecemos entonces, porque ya has tenido mucha información sin darme nada a cambio, creo que sabrás que necesito acercarme a ese tonto Alfa sin que trate de atacarme en el proceso ¿alguna idea? - el tal V miro al cielo, porque después de todo, él también estaba tratando de llamar la atención de un Alfa, y su experiencia era un fracaso.

-Trata de hablarle cuando este solo, normalmente enfrentándolo es la única forma que entra en razón y se calma- el Tigre resoplo.

-¿Ese es tu gran consejo de detective? - provoco al Lobo, que frunció su infantil rostro.

-Pues hablando se entiende la gente, a menos que quieras hacer algo más osado, como usar las feromonas de Omega. Me han dicho que vuelven tontos a los Alfas- Mingi se dio cuenta que aún estaba encima del Lobo, por lo que rodo a un lado, cayendo en el suave pasto, mirando con fascinación el cielo completamente azul, con nubes levemente moradas por la concentración de magia en ellas que las volvía a la vista como algodones de azúcar. Más allá, Podían ver las estructuras flotantes con sus miles de globos sosteniéndolos en el aire. Sabía que de cerca se verían como esferas traslucidas llenas de la energía de sus dueños, allí algunos cambia-formas alados con un gran poder, vivían tranquilamente, alejados completamente del suelo.

¡No soy un corderito! {Sanwoo} [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora