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Para cuándo despertaron eran las tres de la tarde.
Steve abrió lentamente los ojos y sonrió al ver a Nat a su lado. No dudó en abrazarla más a él. Por el movimiento Nat se despertó.
- ¡Hola pequeña!
- Steve, ¿Qué hora es?
- Creo que como las dos treinta o algo así.
- Debo ducharme.
- ¿Quieres que lo hagamos juntos?- preguntó él.
- Creo que ya hicimos mucho juntos.
Ésto... No debió pasar Steve.
- Sé que no has querido decir eso. Hoy me has dicho que me amas Nat y es lo único que voy a aceptar. Por qué yo también te amo.
No sabes el tiempo que me costó poder decirlo.
- Por eso precisamente es que no debemos estar juntos, te tomaste mucho tiempo y yo me cansé de esperar.
- ¿Porque no quieres intentarlo? Bucky ya no está entre nosotros y...
Espera... ¿Es por Bruce?
- ¿Bruce, es enserio? Acaba de volver Rogers.
- Sí pero...
- No voy a hablar de Bruce contigo Steve porque tú muy bien y más que nadie sabe esa historia y sabes cuál es  mi posición.- dijo ella sentándose y dándole la espalda desnuda.
- ¿Entonces Nat?- dijo él acercándose por detrás.
¿Porqué no podemos intentarlo una vez más?
Ella cerró los ojos mientras sentía el aliento de él chocar contra su piel. Él se percató de sus ojos cerrados y comenzó a besar la curva de su cuello y sobre el hombro tiernamente y ella lo disfrutaba.
- Eres mía Nat. Te amo. Y haber hecho el amor contigo fue simplemente fantástico y perfecto. Hubiese querido ser yo tu primera vez.
- Yo pude haber Sido la tuya.
- Por favor no hagas esto, no arruines el momento- dijo él trayendola nuevamente a la cama hasta quedar acostada debajo de él. Ella lo miraba cautelosa como si lo que estuviera pasando no estuviera pasando, como si en cualquier momento esa burbuja de felicidad que estába  aparentando no sentía , se fuera a romper.
- ¿Y si acepto intentarlo, que pasaría?
Él sonrió, y besó sus labios. Luego la miró y fijo su vista en sus ojos verdes.
- Pues me harías el hombre más feliz del mundo y si tú quisieras podríamos decirle a todos y al mundo que nos amamos y que lucharemos por esto.
- No lo sé Rogers, tengo miedo.
- No lo tengas, eres la mujer mas valiente, astuta  y temeraria que conozco.
- Tengo miedo de tí. De que vuelvas a romperme el corazón. De que no tengas idea de cuánto te amo y no valores lo que te estoy dando. Hasta hace muy poco tiempo creía que el amor era para niños y fui atrapada por tí y desde entonces solo he llorado.
- Shuuuhh! No hay nada en este mundo que me haga dejar de amarte Nat. Por favor dime qué "Sí".
- lo pensaré por ahora pero si acepto  será a mi manera. No le vamos a decir a nadie hasta que no arregle lo de Bruce.
El frunció el seño ¿Que pasa con Banner, que es lo que tienes que arreglar?
- Nos vió juntos.
- ¿Que tiene que ver, te molesta o...
- No empieces con tus celos Steve. La verdad es que no me gustó la forma en que sucedieron las cosas y podría estar malinterpretado.
- No mal interpretó, hicimos el amor.
- No en ese momento, además como sea debo hablar con él.
- Bien.
- ¡ Gracias por comprender!- dijo ella dándole un beso en la cabeza. Ahora me voy a bañar.
- Nos vamos a bañar.
- Me daré un baño "SOLA"
Ella se puso de pies a la vista de él y sin ningún pudor.
- Eres hermosa y eres perfecta Nat.
- Pues, gracias - dijo ella sonriendo.
El respondió con una sonrisa. Y hablo curioso aunque ya sabía la respuesta.
- Todavía quieres a Banner- dijo más en afirmación que en pregunta.
- Hace algún tiempo habíamos hablado de esto -  respondió ella.
- Lo sé, lo quieres.
Ella no dijo nada y se metió al baño cerrando la puerta.

Él se sentó en la cama y sus ojos comenzaron a recorrer la habitación de la rusa. Estaba interesado en los detalles, quizás si observaba con cautela podría notar sus gustos entre otras cosas. Por ejemplo aquel cartel de vídeo juego de "Lara Croft" , la caja de música con el dibujo de una bailarina y ese Álbum rojo entre sus libros.
- ¿Espera, libros, Álbum? No tenía idea de que a Nat le gustara leer y por otra parte ese Álbum le daba curiosidad.
Se puso inmediatamente su ropa interior y sus pantalones y caminó hacia el estante a echar una ojeada.
Los libros eran de artes marciales, diccionarios de varios idiomas, así que se aventuró a tomar el álbum. Lo abrió mientras vigilaba la puerta del baño.

 Entre tú y yo, ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora