Capítulo 31: Conversación nocturna

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Lo primero que hizo Rafa tras colgar la videollamada, fue buscar aquel extraño programa en su portátil, metido en su cama, resguardado del mundo. Sin embargo, lo primero que encontró fueron noticias sobre cirugías en implantes capilares y el éxito que habían tenido. Esto incluía imágenes en primera plana. En ese momento descubrió que aquella búsqueda sería larga y tendida. Decidió que lo mejor sería continuarla al día siguiente. Pero no se fue a dormir. Lo que hizo fue coger su ukelele y una libreta donde tenía comenzada la letra de una canción, una canción que soñaba con compartirla con el mundo entero.

Cuando terminó de cantar y tocar varias veces el pequeño párrafo que llevaba, sin encontrar palabras para continuar, lo guardó todo y se quedó tumbado, con la luz del móvil como única compañera.

―Qué guapa... ―murmuró viendo algunas fotos en las que salía Eva.

Suspiró mientras las veía, sin poder evitar que una sonrisa le ocupase la cara de oreja a oreja.

―Ojalá el amor no fuese tan complicado... ―concluyó soltando el móvil. Era hora de intentar conciliar el sueño.


―¿Quién quiere dormir en el suelo? ―Preguntó Hugo cuando los tres entraron en la habitación.

Javy y Nick se miraron momentáneamente y después lo miraron a él.

―Vale, lo pillo, vosotros sois los invitados ―tras decir esto, buscó la manta y sábanas con lo que improvisaría una cama y las colocó en el suelo.

Estuvieron un rato hablando, pero como se habían acostado tarde, decidieron continuar la charla a la mañana siguiente.

Hugo había intentado dormirse sin éxito, sin embargo, la culpa no era por no estar dormido en su mullida cama, sino por todos los pensamientos que se le arremolinaban en la cabeza. Decidió despejarse saliendo al lavadero de la cocina a fumarse un cigarro. Al cabo de unos cinco minutos volvió masticando chicle, no quería incomodar a sus amigos desprendiendo olor a tabaco, aunque nada más entrar, lo tiró a la papelera. Cuando se dirigía a la cama improvisada se encontró un bulto en su interior. Asintió al percatarse rápidamente de quién se trataba.

Illo, ¿pero qué haces tú aquí? ―Susurró tumbándose a su lado, mirándole de frente.

―¿Te habías ido a fumar?

―¿Cómo lo sabes?

―Porque te huele el aliento a chicle ―le dedicó una sonrisa―. ¿No puedes dormir?

―Qué va, Nick... ―suspiró―. Y lo peor de todo es que tengo sueño. Pero es que estoy hecho un lío y no paro de darle vueltas a la cabeza.

―Cuéntame... Si quieres, claro ―le alentó.

―Sí, necesito hablarlo... Es que, joder, creo que debería de hablarle a Rafa, pero, ¿eso no me hace parecer un pringao?

―No pienses en lo que puedas parecer ni lo que digan los demás...

―Eso mismo me suele decir la persona que lleva mi club de fans.

―Pues entonces debe de ser una persona muy lista ―asintió Nick.

―Seguro... Y ya sois dos quiénes me lo decís.

―Da igual si dos, cuarenta o cero. Lo que tienes que pensar es en lo que tú quieres hacer. ¿Quieres solucionarlo con él? ¡Hazlo! O al menos inténtalo. Porque si no vas a sentirte más noches así... Y lo peor, solo por lo que piense el resto, dejando de lado lo que tú sientes ―le señaló con la punta del dedo índice en el pecho.

Hugo asintió con una sonrisa y cogió su móvil. Estuvo un rato mirando la pantalla y otro tanto escribiendo y borrando, ante la atenta mirada de Nick.

―Pues ale, ¡ya está! ¿Qué te parece? ¿Se lo envío así?

―Tú primero envíalo y luego si quieres me lo enseñas ―le sugirió.

Y así hizo Hugo.

Hugo: Hola Rafa, tenemos que hablar en persona. ¿Cuándo te viene bien?

―Está en línea... Acabo de recibir dos ticks azules, seguro que me responde ―le contó alegremente, pero su sonrisa se esfumó al comprobar que se había desconectado―. En fin... ―soltó el móvil en el suelo y se acurrucó hecho un ovillo de lana.

―Ey, no te comas más la cabeza, seguro que mañana te responde. Estamos entre semana y son más de la cuatro de la mañana, es normal que no te haya respondido ―Nick le dio un prolongado abrazo, y tras separarse, le propinó un beso en la cabeza y le arremolinó el cabello―. Ahora descansa, yo me voy a la cama también ya.

Javy estaba durmiendo. O al menos es lo que les había hecho creer enfatizando incluso algún que otro fingido ronquido, sin embargo, había escuchado y observado todo, aunque con un ojo medio abierto para intentar no ser pillado. Negó internamente mientras con los ojos totalmente cerrados, notaba como Nick se acomodaba nuevamente en la cama, al lado de la pared.

La teoría del IvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora