Capítulo 56: La firma de Anne

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Anne llegó a clase diez minutos tarde. Avergonzada, llamó a la puerta suavemente. Al no recibir respuesta volvió a llamar y abrió pidiendo permiso. Sus mejillas enrojecieron cuando vio que su profesor había parado momentáneamente la clase y todo el mundo la miraba. Pidió disculpas de una forma casi inaudible y se sentó rápidamente al lado de Gèrard, saludándole en un susurro. No habló nada más en toda la clase y rápidamente se puso al día para compensar aquel momento incómodo al llegar. Cuando la clase terminó y el profesor se marchó, la joven suspiró aliviada.

―Qué vergüenza he pasado, tío. Madre mía, madre mía.... ¿Se ha notado mucho, verdad? ―Preguntó mirando a Gèrard―. No respondas, es una pregunta retórica ―dijo apoyando su cabeza en el hombro de su amigo, quien le acarició los rizos y le dio un beso en la cabeza.

―No te preocupes, de aquí a unos años, nadie se acordará ―bromeó el joven―. O lo mismo cuando se jubile el profesor se lo cuenta a sus nietos. ¿Qué digo el profesor? ¡Nuestros compañeros!

―Ya vale, tío... No tiene gracia ―bufó.

―Sí la tiene, pero no estás preparada para esta conversación.

―Gèrard, pasas mucho tiempo en internet.

―Oye, la siguiente profesora nos han dicho que no viene, ¿nos salimos y hacemos tiempo?

―Bien, pero luego me pones al día de todo lo que hemos dado en clase, vaya, que me dejes los apuntes ―aclaró.

―Sabes que eso está hecho.

Ambos salieron de clase con mochila al hombro y se acomodaron en el césped, en el lugar que solían hacerlo otras veces.

―Ahora bien, Anne, ¿me puedes decir por qué has venido tan tarde? Precisamente tú...

―Me he quedado dormida.

―Esa parte ya la sé, pero no quiero el resumen rápido. Desembucha.

Y entonces la joven le empezó a contar todo.

―En conclusión, te fuiste a casa de tu amiga porque iba a romper con su novio. Y además fueron dos chicas que conociste en una boda. Y el amante de tu amiga con el que te liaste una vez. Todo muy lógico.

―Sí, sé que suena loco, pero es así.

―¿Y qué pintabais tanta gente allí?

―No sé, charlar después, hombros de consuelo, esas cosas... ―dijo encogiéndose de hombros.

―Pero si me has dicho que estaban de acuerdo en dejarlo. Que eso es otra, ¿cómo se os ocurre escuchar la conversación? ¿De quién fue esa disparatada idea?

―Culpable ―dijo elevando el dedo índice mientras hacía un puchero―. Bueno, y cambiando de tema, ¿han pasado lista en la otra hora al final?

―Pues sí, si ya dijeron que pasarían... ―negó él.

―Buah, con lo importante que es eso para subir nota de cara a la nota final... Me da igual que sean unas décimas, nunca se sabe si eso puede llevarte a la Matrícula de Honor. Soy un desastre...

―Tranquila, Anne, que yo hice algo para que eso no pasara...

―¿Le mentiste a la profesora por mí? ¿Qué le dijiste?

Gèrard negó con la cabeza.

―No exactamente. En realidad falsifiqué tu firma.

―¡No jodas! ―Exclamó ella―. ¿Pero cómo...? ¡Qué cabrón! Eres genial, ¿lo sabes?

El joven se encogió de hombros y sonrió.

―No sabes lo que me ha pasado cuando he llegado a casa esta mañana ―cambió de tema de pronto, Anne.

―A ver, cuenta.

―Mira, llegaba yo rápido a ducharme y pirarme a clase, ¿y sabes? Cuando me iba de casa...

―Espera un momento, ¿has desayunado?

―Cogí una manzana y me la comí por el camino, ni tiempo tuve de desayunar aquí, y ya no es hora.

―Bueno, luego te invito a comer, ¿te apetece?

Ella afirmó con una sonrisa.

―Bueno, dime, ¿qué pasó?

―Cuando salía por la puerta, comiéndome mi manzana, escuché en el salón a Cesc hablar por teléfono con Iván.

―Vaya, cotilleando de nuevo, ¿eh? Te conozco, pillina...

―Esa no es la cuestión. ¡Si por poder pudieron escucharlo los vecinos! Hablaba alto. El caso es que estaban discutiendo... ―dijo apenada―. No sé qué pasa últimamente entre ellos, pero creo que no está bien la cosa.

Gèrard le dio un fuerte abrazo y dejó que la chica apoyara la cabeza en su hombro.

―Tranquila, sea lo que sea, lo arreglarán ―le dio un beso en la cabeza.

―¿Y si no lo hacen? ¿Qué pasará?

―Pues como en todas las parejas que no funcionan, romperán... Pero eso ya es suponer por suponer. No podemos ponernos a pensar en lo que pasaría si tal o cual. Hay que vivir el momento, ¿no crees? Lo que sea que tenga que pasar, pasará.

―Es que se le veía tan feliz con él... Siempre ha estado cuidando de mí, y ya es hora de que él pueda volar. Le quiero ver feliz... ―confesó Anne.

―Y lo verás feliz, tesoro, seguro que sí ―le alentó él.


Cuando Maialen se machó, Rafa y Eva se quedaron solos en la casa de esta. El desayuno ya lo habían terminado junto a Maialen, pero a diferencia del resto, Rafa se había quedado un rato más.

―Y bueno, sé sincero, ¿cómo es que te viniste anoche? ¿No te fue incómodo? ―Preguntó Eva. Ambos seguían sentados en la cocina.

―La verdad es que no, por raro que parezca. Aunque sí me sorprendió que fuera idea del mismo Hugo, hace unas semanas no me hubiera imaginado que pasaría algo así. Pero espero no haberte incomodado a ti.

―No, no te preocupes ―negó―. Tú y yo somos amigos, y eso mejora la situación, ¿no crees? Por cierto, cambiando de tema, ¿cómo llevas tu canción? Quiero que me la enseñes ya... ―dijo con una sonrisa dulce.

―Aún me queda. Y no, ya sabes que aún no vas a saber nada más de ella salvo el título. Puedes pedírmelo todas las veces que quieras, que la respuesta seguirá siendo la misma ―dijo guiñándole un ojo.

―Algún día lo conseguiré ―sentenció.

―No te creas, ¿eh?

―Dime al menos si seré la primera en escucharla...

―Yo diría que en eso te ganas mis vecinos. Deben de saberse ya parte de la letra. Y mi familia.

―Bueno, yo me refería después de tu familia ―aclaró ella.

―Te has convertido en una de mis mejores amigas, así que ya sabes la respuesta ―dijo con una enorme sonrisa.

―Estoy deseando escuchar Díselo a la vida.

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¡Pues ya está aquí un nuevo capítulo!

Esta vez con contenido Geranne y Rafeva, sobre todo lo primero, porque les tenía más abandonados y ya era hora.

¡Oh! ¿Por qué discutiría Cesc e Iván?

¡Gèrard falsificando la firma de Anne! ¡Y van a comer juntos!

¡Ahora Rafa y Eva se han hecho muy buenos amigos! ¿Os esperábais algo así o creíais que estarían incómodos? ¿Cómo creéis que evolucionará esa relación?

Todo esto y mucho más en los siguientes capítulos. ¡Nos leemos!


La teoría del IvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora