Capítulo 81: El helado

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Hugo despertó con suavidad a Nick quien estaba dormido en el asiento de al lado.

―Venga, espabila, que la siguiente es nuestra parada ―le comunicó cuando el otro se estirazó―. Has pasado casi todo el viaje durmiendo.

―Ya... ―Nick se frotó los ojos y le miró seriamente―. Quiero preguntarte algo.

―Dime.

―¿Este viaje no era el que ibas a hacer con Anajú? ¿Qué ha pasado con ella?

―No me hables de Anajú, que telita la que ha montado. Me mintió, ella no era quien llevaba mi club de fans.

Hugo decidió no mencionarle que sabía que era él quien en realidad lo llevaba. No sabía si se lo diría en ese mismo instante o tendría que esperar un tiempo para la confesión de Nick, pero consideraba que lo mejor era que él mismo se lo dijera y no al revés.

―Vaya, ¿me estás diciendo entonces que soy un segundo plato?

―¡Claro que no! Tú eres el primer pla... ―pero no continúo la frase―. O sea, que quería hacer un viaje contigo, quiero decir que... ¡Vamos a llegar enseguida, hay que coger las maletas! ―Los nervios invadieron a Hugo quien además se había puesto colorado.

Nick asintió pero no dijo nada más al respecto. Solamente se mordió el labio inferior como respuesta.

Cuando llegaron al hotel Hugo le comentó que tenía algo que hablar en recepción y se le adelantó, dejándole más atrás con las maletas de ambos.

―¿Qué tenías que averiguar? ¿Habías pedido una habitación y la querías cambiar a dos? ―Le preguntó cuando Hugo se acercó.

―Que va, más bien al revés. Como a Anajú no la conocía tanto había pedido dos habitaciones pero al venir contigo... Pero si quieres le digo que dos, ¿eh? Tenía que haberte preguntado.

Nick negó con la cabeza.

―Así está bien. ¿Qué planta es? ―Quiso saber.

―La cuarta. Vamos.

Ambos se encaminaron hacia el ascensor sin mediar palabra y se subieron a él. Cuando se bajaron fueron directos a la habitación que tenían.

―Que guapo, illo. ¿A que mola la habitación?

―Sí, bastante amplia ―afirmó Nick adentrándose―. Creía que era de dos camas individuales.

―No, ¿pedimos otra habitación de dos camas? Si quieres vamos y...

―No, da igual, Huguillo.

Nick se acercó al balcón que tenían en la habitación comprobando así lo amplio que era. Cuando estaba echado en la barandilla, Hugo se le acercó pasando un brazo por su hombro, sobresaltándole.

―¿Qué haces?

―Tomándonos una foto ―y dicho esto, la hizo desde su móvil.

―¿Sabes? He cogido unos folletos mientras hablabas en recepción. Es de cosas que podemos visitar aquí, ¡hay sitios geniales!

―Me parece guay, pero antes vamos a comer. Sé de un sitio que te va a encantar ―le comentó mientras continuaba pasándole el brazo por el hombro.

Eva y Rafa caminaban hacia el parque comiéndose un helado. No hablaban por el camino pero era algo que les hacía sentir comodidad y cercanía.

―¿Cómo les estará yendo en el viaje? ―Preguntó Eva.

―Seguro que bien.

―Es que tío, tiene que ser así. Es que yo creo que solo falta el propio Hugo por enterarse de que está loquito por mi primo. Bueno, y mi primo.

La teoría del IvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora