Capítulo 67: Pillado

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Cuando Nick se despidió marchándose de aquella casa, caminó un buen trecho y volvió a consultar el mensaje que media hora atrás había recibido. En él le indicaban desde la asociación que no tendría que acudir ese día finalmente, sino el sábado por la mañana. Se disponía a guardarlo nuevamente, pero otro mensaje instantáneo le llegó: era Hugo.

Hugo: Ya te has ido al trabajo?

Nick: No, acabo de salir de casa de Javy, voy para la mía a desayunar. Me han dicho de la asociación hace un rato que hoy al final no podía ser, que el sábado

Hugo: Vente entonces a la mía a desayunar, te pilla de paso.

Hugo: Bueno, si quieres, claro

Nick: Ok, ya mismo llego.

El joven tomó el camino que conducía hacia el piso de Hugo y en unos minutos ya se encontraba allí, frente a su puerta. Nada más entrar, descubrió que su amigo ya había preparado el desayuno, y ambos se sentaron a degustarlo. Cuando terminaron, se marcharon a la habitación.

―Eres la primera persona que la ha escuchado y que encima lo va hacer en directo también, eres un privilegiado ―sonrió Hugo sentándose en su cama, con la espalda pegada a la pared.

Llevaba consigo la guitarra. Comenzó a afinarla mientras Nick se sentaba allí también, pero algo más alejado para que Hugo tuviera más espacio para tocar. Cantó un par de canciones ante la atenta mirada de Nick, que se encontraba sonriente, intentando ocultar todo el rato que en realidad era su fan.

―Voy al baño ―informó cuando la segunda terminó.

―Aja ―fue la respuesta de Hugo mientras seguía tocando la guitarra, pero esa vez sin cantar nada más.

Lo que Nick no podía imaginar, al salir del servicio, era que se encontraría cara a cara con Mammen, ya que esta acababa de llegar.

―Esto, hola... ―saludó algo nervioso.

―Hola de nuevo ―Mammen se cruzó de brazos―. ¿Tú no deberías de estar trabajando?

―Bueno yo... ―comenzó a decir sin saber cómo continuar.

―¡Mami, ya has vuelto! ―Exclamó Hugo saliendo de su habitación―. ¿Qué os pasa? ―Preguntó mirando a uno y a otra.

Eli y Ariadna terminaron de desayunar en silencio, ninguna había dicho nada desde que se habían levantado.

―Oye, lo que ha pasado entre nosotras... ―se atrevió a hablar Eli.

―Ninguna bebió y lo hicimos porque quisimos, ¿no? ―Fue la respuesta de Ariadna―. Pues ya está. Eso no va a hacer que nuestra convivencia se convierta en incómoda ni nada...

―No me refería eso, sino a, ¿qué somos?

Ariadna se encogió de hombros pero no le dio ninguna respuesta verbal. Sin embargo, posó sus labios en los de la otra joven.

―Podríamos ser algo si las dos queremos, pero creo que lo mejor es ir poco a poco ―comentó Ari.

―¿En secreto? Mientras nos conocemos mejor...

Ariadna afirmó con la cabeza.

―Y cuando nos conozcamos mejor, si seguimos queriendo estar juntas... ya lo decimos, ¿estás de acuerdo? ―Preguntó Ari.

Eli afirmó con una sonrisa y le dio un pico.

―Y mejor que por ahora tu amiga Anne no se entere aún. Ahora que me empiezo a llevar bien con ella no quisiera malos rollos.

La teoría del IvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora