Capítulo 28: Amistad

797 34 17
                                    

Hugo se sentó en el banco junto a Nick. Después sacó un cigarrillo y lo encendió, ante la mirada de desaprobación de su amigo.

―Jo, no pongas esa cara, illo. En cuanto me lo fume lo apago.

―Ya te lo he dicho otras veces, no me gusta el olor...

―Oye, gracias por venir...

―No tienes por qué darme ningunas gracias, Hugo.

―Es que creía que como tu prima y yo nos habíamos dado un tiempo quizás ya no querías saber nada de mí. Y como hemos hablado muy poco esta semana...

―No le des vueltas, estaba ocupado ―mintió Nick.

―No sabes el alivio que me das, tío. Te he cogido mucho aprecio y te considero mi amigo... ―Hugo se acercó a Nick para darle un abrazo y un beso en la cabeza.

―Quita, que hueles a humo... ―se quejó Nick.

Hugo se bajó del banco de pronto e instó a su amigo a hacer lo mismo.

―Vamos.

―¿A dónde? Yo me voy pronto a casa que mañana madrugo...

―Nah, ahí, a un quiosco, tengo que comprarme algo.

―¿A estas horas? Estás chalado... ―Nick se levantó también y juntos se encaminaron al quiosco más cercano.

Cuando llegaron allí, Hugo compró un paquete de chicles y retomaron su camino, dando una vuelta antes de volver cada cual a casa.

―Te acompañaría, pero me da cosa encontrarme a tu prima... ―explicó Hugo con las manos metidas en los bolsillos.

Nick negó con la cabeza quitándole importancia.

―Nada tío, nos vemos otro día.


Anne se había quedado aquel día a dormir a casa de Eva. Ambas se encontraban en la habitación de la segunda charlando pese a ser tarde y tener al día siguiente que madrugar.

―Tu primo acaba de llegar ―comentó Anne mientras mordía un trozo de regaliz rojo.

―¿Ya me abandonas entonces, no? ―Preguntó Eva haciéndole pucheros de forma intencionada.

―¡No! ¿Por qué iba a hacer yo eso?

―No sé, porque si no fuera porque no eres de mi familia creería que sois siameses ―bromeó Eva―. Pero anda, ve, ve, ve a preguntarle a mi primo donde ha estado y cotillead juntos sin mí.

―¡Eva! ―Anne comenzó a reír sin parar―. ¿Pero tú te estás oyendo, nena?

―Vale, sí, se me ha ido un poco... Pero necesito que me deis mimitos los dos...

―Y por eso me he venido aquí contigo hoy.

―Espera un momento―. Eva se levantó del suelo donde estaba sentada y abrió la puerta. Poco rato después volvió junto a su primo.

―¿Qué pasa, chicas?

Nick se sentó también en el suelo mientras su prima le abrazaba con fuerza.

―Nada, ahora ya estoy bien ―sonrió Eva mirando a ambos.

Anne se unió al abrazo que duró un rato. Tras separarse, se pusieron a hablar de diversas cosas haciendo que Eva se sintiera mejor.


Hacía semanas que Geràrd no visitaba a su amiga Mai, y aquella tarde la consideró como la ideal para hacerlo. Tumbados en la cama de la joven, se pusieron al día, porque aunque habían hablado de sus problemas por teléfono, no consideraban que fuese lo mismo que cara a cara.

―Jo, Ge, me alegro tanto de que pudieras reconciliarte con Anne, aunque solo sea como amigos...

―A ver, es lo que hay, ella no va a sentir ninguna otra cosa por mí, Mai. El amor y yo no estamos hechos el uno para el otro ―se encogió de hombros y dejó que su amiga le abrazase.

―Ay, mi pequeño Ge, que está enamoradito...

―¿Y tú y el amor? ―Quiso saber su amigo.

―Oh, ese tema ni tocarlo, anda. Mejor cuéntame cómo te va con tu otro enamorado.

―¿Mi otro qué? Hay algo que me he perdido, ¿verdad?

―Hablo de tu amigo Fla, el que tiene esa voz tan chuli.

―Ah, ¿pero por qué le llamas lo de mi enamorado?

―Pss me ha dado por ahí, tampoco veo nada de malo lo que he dicho.

―Mai, te tengo mucho cariño, pero a veces ni yo mismo te entiendo.


Javy se disponía a dormir cuando un mensaje instantáneo le hizo volver a coger el móvil con algo de fastidio.

―¿Quién me escribe a estas horas? ―Masculló mirando la hora y entrando a la aplicación―. Vaya, es Hugo...

Hugo: Hola, Javy, ¿estás despierto? Querría hablar contigo. Un buen amigo me aconsejó que sería bueno que hablara contigo...

Javy: ¿A estas horas? Bueno, tú dirás. Por cierto, ¿cómo estás?

Hugo: Pues ya hace más de una semana, pero no lo llevo bien... Es normal, tiene su proceso

Javy: Entiendo...

Hugo: Oye, siento haber pasado todos estos días de ti, pero al alejarme de Rafa lo hice de ti también. No quiero que lo tomes a mal. Espero que no estés enfadado

Javy: No te preocupes. Mira, si quieres, mañana quedamos a tomar café y hablamos tranquilamente, en vez de por aquí

Hugo: Me parece guay. ¿A las 6?

Javy: Ok

Hugo: Pues voy a preguntarle a Nick a ver si también se apunta.

Javy: Espera. ¿Qué Nick? ¿El primo de Eva? Tío...

Hugo: ¿Qué? Es mi amigo

Javy: Y el primo de Eva

Hugo: Ya. Bueno, mañana nos vemos, adiós. Y descansa!

Javy: Tú también

La teoría del IvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora