Capítulo 74: Secreto al descubierto

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Rafa acompañó a Eva hasta su casa cuando el grupo decidió marcharse. Ambos habían dado una vuelta alrededor antes de despedirse.

―¿Sabes? Aún estoy esperando a que me cantes un poquito de tu canción ―dijo una Eva sonriente.

―No me vas a camelar con esa sonrisa, ese chantaje no es válido conmigo ―le aclaró él con media sonrisa.

―Eso ya lo veremos, dicen que tengo madera para convencer a la gente ―le guió un ojo.

―A la gente menos a mí ―añadió Rafa.

―No te confíes, que cuando menos te lo esperes, voy y te convenzo.

―Pero hoy no será ese día. Quizás cuando ese momento llegue fingiré que me dejo convencer. ¿No habías pensado esa opción?

―No, porque tu orgullo hará que intentes hacerme creer eso, pero no será así, ya lo verás ―contraatacó la joven.

Ambos rieron ante aquella especie de discusión que estaban teniendo.

―Bueno, yo me voy ya ―dijo el chico encogido de hombros y con una dulce sonrisa.

―Nos vemos otro día entonces.

Cuando iban a darse un beso en la mejilla como despedida, por culpa, o gracias a, un error de cálculo, al moverse al mismo tiempo, sus labios se rozaron momentáneamente.

―Lo siento ―se disculpó enseguida Rafa.

―Yo... Yo también. Bueno, mejor, mejor me voy. Eso quería decir, que me voy ―dijo mientras rebuscaba las llaves en su bolso hasta dar con ellas―. Ahora sí, porque sin llaves no es cuestión ―dijo con risa nerviosa ante la atenta mirada de él.

Estuvo un rato intentando abrir sin éxito alguno.

―¡Qué tonta! Estaba intentando abrir con las llaves de mi piso ―continúo con risa nerviosa mientras cogía otra llave para abrir la puerta de la calle―. ¡Ahora sí! Pues adiós ―y cerró tras de sí.

Rafa había estado a punto de ofrecerle su ayuda, sin embargo, tras ver que finalmente había podido sola, no se lo llegó a decir. Tras un suspiro se marchó hacia su casa.

Ari y Eli habían decidido fingir que su relación era de simples compañeras de piso que por fin se llevaban bien, y era cierto salvo que estaban saliendo juntas. Pero aquello lo desconocía totalmente Anne. La joven se alegraba al verlas bien, ya que ella misma había empezado a tener buena relación con Eli.

Al sábado siguiente, había ido a hacerles una visita, porque, en efecto, las últimas veces que había ido a lo de su amiga, incluía en sus planes a la otra joven Algo que nunca hubiera imaginado que pasaría.

―Entonces, ¿vemos una película? ―Preguntó sentada en mitad de las dos.

―Claro, voy a coger alguna de mi cuarto ―comentó Eli levantándose.

―Espera, te acompaño ―Ariadna la siguió y cerraron la puerta de la habitación tras de sí.

Anne trasteó un rato su móvil. Curioseó las redes de Eva, Flavio y Gèrard durante un rato. Cuando se volvió a guardar el móvil en el bolsillo, fue porque le había parecido raro que sus amigas no regresaran. La joven corrió hacia la habitación para ayudarles a elegir la película que iban a ver.

―¡Ya sabía yo que os estaríais peleando por qué película ver! ―Dijo tras abrir la puerta pero guardó silencio al verlas besándose―. O no.

―Esto.... ¡Eli y yo estamos juntas! ―Exclamó Ariadna.

―Hombre, algo intuía cuando os estabais comiendo la boca.

La teoría del IvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora