El linaje del alfa

Comienzo nuevo

Había pasado dos días desde mi llegada a ese pueblo y mi primer día de instituto había llegado, no podía evitar preguntarme como serían mis compañeros, ya que después de conocer a Gabi y Taehyung supe que había una alta posibilidad que hubiera más gente que creyera en esas leyendas. 

No obstante, en esos dos días el lobo había permanecido en mi cabeza, esos ojos eran tan peligrosos, pero a la vez tan atrayentes que no pude evitar dibujar su rostro y sobre todo esos grandes ojos rojos.

- Ivonne, date prisa o llegarás tarde.- pronunció mi madre desde el comienzo de las escaleras. Cerré mi cuaderno de dibujos y lo guardé en la mochila. 

Me miré ligeramente en el espejo, visualicé mi nuevo uniforme el cual era una falda azul oscuro unas medias hasta las rodillas, unos zapatos y un polo de color blanco. Sin duda era completamente aburrido, por esa razón me acerqué a mi joyero y comencé a ponerme algunos complementos.

- Esto es otra cosa.- expresé tras volverme a mirarme en el espejo. Enredé mi dedo índice en el comienzo de mi cabello, agarré mi mochila y después bajé a la planta baja.

- No deberías ponerte tantos complementos.

- Mama, son unos pocos detalles.- llevaba unas pulseras en mi brazo derecho un anillo en mi brazo izquierdo y una diadema ancha de tela en mi cabello. 

Sin duda eso era poco. Mi mochila a su vez contaba con ciertos adornos, como eran las chapas y los llaveros.

- Ya me marcho, tengo que ir a buscar a Gabi.- respondí antes de salir hacia la puerta, agarré una chaqueta y me la puse.

- Desayuna algo.- contestó mi madre tras mirarme.

- Listo.- respondí tras agarra unos muffins que había encima de la encimera. Salí de la casa y me coloqué los cascos mientras que comía el pastelito. Caminé hacia la casa de Gabi esperando que estuviera lista.

- Llegas tarde.- expresó mientras que me esperaba fuera de su casa.

- Tal vez es que tú llegas muy temprano.- expresé tras mirarla y después sacar uno de los muffins y tendérselo.

- Ahora tendremos que ir deprisa.- agarró el pastelito y comenzó a comer por lo que me quité la música.

- Gabi... ¿Podrías contarme más sobre esas historias?- pregunté mientras que la miraba.

- No sé sobre esas historias y creo que tampoco quiero saberlas. Aunque Taehyung sabe bastante sobre el tema.

- ¿En serio? Entonces le preguntaré y de paso podrías acercarte a él.

- ¿Estás loca? No puedo acercarme.- sus pómulos se enrojecieron de solo pensarlo, sin duda me pareció una reacción demasiado tierna. Nunca había podido experimentar esas cosas y eso me hacía envidiarla.

- Oye, algún día tendrás que hablarle. Eso me recuerda que la pasada noche le hablaste bastante bien.-

- Eso fue por tu culpa

- Haré que esta vez también sea mi culpa.- comencé a correr calle arriba por lo que me acabó siguiendo.

- No, no intervengas.- respondió tras pararme.

- Vale, vale, pero quiero más historias de los lobos.- contesté.

- ¿Ahora crees en ellos?- preguntó tras mirarme.

- No, pero esa misma noche soñé con un gran lobo de ojos rojos. Quiero sabes más sobre ellos.- contesté con una sonrisa.- Así que Taehyung prepárate para responder a mis preguntas.

- No le molestes.- contestó Gabi entre pucheros.

- Tranquila, tú hombre estará intacto... solo le preguntaré por los lobos. ¿Cuál es tú primera clase?- pregunté.

- Idioma. ¿Y el tuyo?

- Historia.- contesté con aburrimiento.

- Déjame ver tu mapa.- contestó tras agarrar mi mapa de asignaturas.

- Tú clase está por allí.- respondió tras señalar un edificio.

- Nos vemos a la siguiente hora.- contesté antes de caminar hacia allí. Me quedé observando a los estudiantes, por lo que decidí seguirlos. Ni siquiera sabía dónde dirigirme, fui a preguntárselo a alguien cuando de repente comenzaron a apartarse, como si hicieran una especie de pasillo para alguien.

Estás en medio.-contestó un chico.