El linaje del alfa

Despedida

- ¿Estás bien?- preguntó al ver mi ropa y mi cuello.

- Sí, pero me marcho.- contesté tras mirarla detalladamente.

- ¿Qué? Acabas de regresar.- añadió mientras que me abrazaba.

- Lo sé, pero conseguí una beca para estudiar moda en París. Por esa razón... voy a irme para cumplir mis sueños.- respondí tras abrazarla aún más fuerte.

- ¿Recordaste algo?- preguntó tras verme.

- No, pero, supongo que por esa razón cogí confianza tan rápido.- sonreí ligeramente y después me separé de ella.

- Dijiste que estaríamos siempre juntas.- gritó ligeramente.

- No puedo cumplir esa promesa.- respondí antes de caminar hacia a casa.- No te acerques a Jimin.- contesté antes de irme.

- ¿Él te hizo esto?- gritó para que pudiera escucharla.

- Sabes,  tenías razón. Esas historias, no debía de haberlas subestimado.- sonreí y después me fui rápidamente hacia a casa.

- ¿Te marchas?- preguntó Taehyung tras levantarse de un banco.

- Te diría que cuides de Gabi, pero presiento que no hace falta que te lo pida. Deberías decírselo.- contesté tras pararme.

- No podemos estar juntos.

- No pongas barreras. Está claro que tu corazón no las está poniendo.- lo sonreí y volví a caminar.

- Parece que siempre que estas pone todos patas arribas.

- Por supuesto. Siempre fui un torbellino, pero este torbellino no puede quedarse en este lugar. Puedes llamarme cobarde porque pretendo escapar.-

- ¿Escapar?- preguntó tras mirarme.- Jimin.

- Jimin me atacó. No entendí ninguna de sus palabras, pero no quiero acabar muerta y ese será mi destino si sigo aquí. Pasé unos bonitos días, lástima que llegué a su fin, lástima que está sea una despedida, pero esta vez... al menos pudimos despedirnos. Siento haberos olvidado. Cuidaros.- respondí antes de caminar hacía casa.

Cuando llegué a casa no había nadie, por lo que subí rápidamente hasta mi cuarto, me volví a duchar mientras que sufría cada pequeño toqué que mi piel sentía. Salí de la ducha y me puse la ropa. Volví a meter todo en la maleta y después bajé hacia a la entrada de la casa.

- Supongo que esto es una despedida.- expresé tras mirar aquella casa en la que días antes estaba diciendo bienvenida a tu nuevo hogar.

- Papa, mama.- grité desde la entrada, por lo que al instante vinieron a la entrada.

- ¿Estás lista?- preguntaron tras verme junto a mi maleta.

- Estoy lista.- suspiré y después comencé a llorar.

- Créeme, esto es lo mejor para tu futuro. Esto es solo una tortura.- añadió mi padre antes de abrazarme.

- ¿No podéis dejarlos en paz?- pregunté.

- Son bestias salvajes. Son peligrosos para los humanos.- contestaron mientras que me miraban. No podía negar eso, ya que Jimin era así. No obstante, Kobu me protegió.

- Quiero regresar cuando mis estudios terminen.- respondí.

- Por ahora solo céntrate en ellos. Hablamos con un amigo en el extranjero. En esa escuela se estudia lo que te gusta y después puede ayudarte con la universidad. Asegúrate de convertirte en lo que tanto quieres convertirte. Quiero ver tus vestidos en escaparates y en desfiles.- mi madre me besó en la cabeza y después todos salimos de allí.