¿Perdida?

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- No debí de haber venido.- expresé al no saber dónde me encontraba. Me levanté y caminé un par de pasos cuando encontré algo. La luz pasaba entre los árboles y daba de lleno en el agua, sin dude eso hacía crear unos colores en el mismo como si fuera el arcoíris. Me senté en la orilla y saqué mi cuaderno de dibujo.

- Voy a matarle.- expresé al ver que el único lápiz que tenía estaba roto y casi era inútil. No obstante, no quería perder esos colores, comencé a esbozar a los modelos y después de tener el vestido completamente comencé a colorear los dibujos, sin duda esos colores, aquella luz me estaba dando la inspiración que necesitaba.

Sin darme cuenta había comenzado a oscurecer y mi estómago rugía con fiereza, siempre que me concentraba me pasa lo mismo, perdía la noción del tiempo. Guardé todo y comencé a caminar en busca de una salida, al no ver claramente encendí la linterna de mi teléfono y comencé a buscar el camino. Iba a salir a la carretera cuando me encontré cara a cara con el lobo de la otra noche.

- ¡Ah!- grité mientras que caía al suelo. Sus ojos rojos me estaban analizando y poco a poco llegaba hasta a mí. Pensé que iba a ser devorada por esa bestia de ojos rojos, cerré mis ojos y sentí su respiración cerca de mí. Cuando dejé de sentirlo abrí mis ojos, pude ver que se había apartado de mí y que estaba comenzando a caminar.

- Pensé que iba a matarme.- me levanté y después comencé a caminar, sentía que quería decirme algo, que quería que lo siguiera y de hecho así era. Sus ojos no paraban de clavarse en mí cada ciertos metros, como si se estuviera asegurando de que seguía allí, de que lo seguía.-

- ¿Qué haces aquí?- preguntó Jimin tras agarrar mi brazo.

- Me has asustado idiota.- contesté tras pararme y mirarle.

- Pensaba que Taehyung te lo había dicho claramente, estos son mis territorios.-

- No veo tu nombre por ninguna parte.- volví mi mirada hacia dónde estaba el lobo, sin embargo había desaparecido.- Por tu culpa.- expresé de mala gana mientras que andaba unos pasos hacia delante para lograr visualizarle. No obstante había desaparecido.

- ¿Por mi culpa?- preguntó tras agarrar mi brazo con fuerza.

- Me haces daño suéltame.- contesté mientras que forcejeaba.

- Hueles a sangre. Eres tan torpe, de seguro que te has caído por ahí.

- No me he caído. Esto lo ha hecho tu querida noviecita.- respondí tras enseñárselo.

- Qué lástima no haber estado presente.- contestó con una mueca.

- ¿Terminaste?- pregunté tras volver a caminar.

- ¿A dónde vas?- preguntó tras volverme a parar.

- Intento encontrar el camino a casa.- contesté de mala gana.

- ¿Estás perdida? Vaya, vaya ahora estás a mi merced.- movió su mano hasta mi cuello y después me apoyó contra un árbol.

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El linaje del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora