¿Alianza?

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- Mi tiempo se ha acabado, pero al menos os puedo decir lo siguiente. Jimin eres mi descendiente y por lo tanto tienes ese deber, volver a ser una sola manada. Ivonne, Jimin necesitara tú fuerza y necesita tu lado humano para poder estar en paz. Porque tú representaras a los humanos como hicieron tu familia y él representara a los lobos. Debéis de hacerlo juntos y volver a traer la paz. No más muertes innecesarias.

- No colaboraré a menos que sepa quién mató a mis padres.- contesté tras mirarle.

- Hace unos meses vinieron unos nuevos miembros. Ellos piensan que los cazadores son enemigos.

- No me vengas con que ellos piensan, te recuerdo que casi me matas por el simple hecho de ser de una familia de cazadores.- contesté tras mirarle.

- Eso fue antes de que supieras que veías al gran líder.

- O venga ya.- contesté molesta.

- A partir de ahora... debéis seguir adelante juntos.- puso la mano en nuestros hombros y después su esencia desapareció, parecía como polvo rosado que se desvanecía con el viento.

- Salgamos de aquí.- contestó tras caminar hacia la salida. No pude evitar mirar la cueva de nuevo antes de salir de allí.- Vamos.- me agarró del brazo y tiró de mí.

- No me toques, puedo sola.- contesté tras salir.- Los lobos que mataron a mis padres siguen siendo de tu manada, no me pidas que olvidé mi venganza.

- Ellos no pertenecen ya a mi manada, los desterré cuando me enteré.

- ¿Entonces me das vía libre?- pregunté tras mirarle a sus ojos de color azul claro.

- No es de mi incumbencia, protejo a los que están bajo mi ala y a los que vendrán, pero si no respetan mis reglas están fuera de mi jurisdicción y un cazador podrá matarlos.

- Espero que así sea.- contesté antes de volver a caminar hacia fuera del bosque. Estaba oscuro, no obstante me percaté de que podía ver en la oscuridad. No demasiado, pero si como para poder distinguir el camino y lo que rondaba por allí.

- Veo que ver en la oscuridad y el oído se te agudizaron. Me preguntó qué otras cosas lo hicieron.- acarició mi espalda con suavidad, por lo que mi cuerpo se estremeció.

- Paras o te paro.- respondí tras agarrar su mano y chocarle contra un árbol.

- Sin duda no has cambiado nada, solo te has vuelto más irresistible.- me agarró del cuello y me chocó contra el árbol.- Me muero por meterte en mi cama.- su mano derecha comenzó a tocar mi silueta y después posó su manó en mi espalda, nos miramos fijamente durante un instante, su cabeza comenzó a moverse para besarme. Sin embargo tenía otros planes... no iba a dejarme embelesar por esos ojos.

- No me des otro motivo para matarte.- choqué mi cabeza contra la suya y después seguí caminando hasta la casa.

- De qué está hecha tu cabeza de metal. Casi me rompes la crisma.

- Pues... oye a lo mejor te arreglo.- mostré una pequeña sonrisa y después continué caminando.

- ¿Qué te pasa?- preguntó tras verme allí parada.

- El coche. Vete sin mí.- respondí tras desviarme de ese camino, fui a caminar hacia el lado izquierdo del arroyo y buscar un atajo para poder llegar antes al cementerio.

- Ivonne.

El linaje del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora