¿Poderes?

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- ¿Jimin no es un alfa?- pregunté mientras que lo pensaba.- En verdad es solo un perdedor.

- No rías tanto cuando sea un verdadero alfa...- apareció de la nada, pero estaba completamente curado, cosa que me sorprendió, ya que era plata.

- Te dije que no volvieras aparecer ante mí.- fui a coger mi arma cuando recordé que la tenía Kobu.

- Ya no tienes tu arma.- contestó con una mueca.

- ¿Y crees que estoy indefensa?- pregunté tras golpearle y lanzarle al suelo. Sin embargo me agarró y me hizo caer junto a él.

- Parece como si estuviéramos en la escuela todavía.- expresó tras mirarme.

- ¿Quieres que repitamos el final?- pregunté con una mueca, por lo que al instante cubrió sus partes bajas.- Veo que lo captas.

- Bien, ¿Por qué no dejáis eso para después?- preguntó Kobu tras mirarnos.

- Jamás me fijaría en alguien como él.- expresamos los dos a la vez. Sin embargo, uno de nosotros ya estaba mintiendo.

- Veo que en algo estáis de acuerdo.- contestó tras mirarnos.

- A parte de eso, cada uno tiene lo suyo.- respondí antes de seguir a Kobu.

- ¿Tienes novio?- preguntó al instante.

- No lo llamaría así, pero supongo que los demás lo ven así.- expresé tras pensarlo por un segundo.- Qué hago hablando de esto contigo.- contesté de mala gana.

- Esa noche... la noche que te fuiste, iba de camino a tu casa para disculparme, pero cuando te vi en aquel coche supe que había llegado tarde. Siento haber provocado que te marcharas.

- No me marché por tus ataques.

- Pero Taehyung...

- En ese momento no quería que supiera que sabía lo que erais. Escapaba del legado de mi familia.- contesté tras agarrarme de un árbol para no caerme.

- Ser una cazadora. ¿Esa noche sabías todo?- contestó tras agarrarme del brazo.

- Lo sabía perfectamente, pero esa noche quería saber lo que Kobu quería decirme. Sin embargo tú nos interrumpiste. Por cierto... ¿Te recuperas muy pronto no? tendré que añadir más plata.- expresé molesta.

- Eres una loca.-

- Mira quién habla. Recuerdo que me intentaste matar dos veces en aquella época, pero ahora ten cuidado... porque si alguien muere vas a ser tú.- respondí mientras que lo miraba.

- ¿Me estás amenazando?- me empujó ligeramente contra un árbol y colocó su mano en mi garganta.- Recuerdas, ovejita.- me susurró en mi oído, sin duda era provocador y a la vez su voz no era la misma que en aquella época se había vuelto más grave y seductora.

- Ya no soy una oveja. No obstante tú sigues siendo un lobo.- respondí tras agarrar su mano, retorcérsela y después golpear con mu rodilla en su pecho, mientras que agarraba con mis manos su hombro.- Kobu porque no obviamos a este engendro.- respondí tras alcanzare.

- Me gustaría, pero debéis de hacerlo juntos.

- Estás loco si crees que voy a cooperar con él.

- Tú sola no puedes mover la cantidad de lobos que él mueve. Al igual que tampoco él puede hacerlo sin ti.

- Sin duda entiendo a tu novio... debes de ser una bestia indomable en la cama.- me susurró en el oído mientras que acariciaba con su mano izquierda parte de mi silueta. No obstante, rápidamente se apartó para que no le golpeara.

- Ya hemos llegado.- interrumpió Kobu tras pararse en frente de una cueva.

- ¿Qué es este lugar?- pregunté antes de entrar.

- El origen de los licántropos.

- ¿Este lugar era vuestro hogar antes de que llegaran los humanos?- pregunté tras mirar a Kobu.

- Este lugar era solo para hombres lobo, pero tras la revolución de los mismos y la llegada de los humanos. Provocó que todo cambiará y con la idea de que todo era suyo, ambos bandos fueron enemigos. Así que está nuestra historia y también el comienzo de la tuya. Tu familia fue la primera en llegar, el caos entre los hombres lobo había aparecido así que les di parte de mi poder. Por esa razón tienes algunos dones de los hombres lobo.

- ¿Poderes?- pregunté.

El linaje del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora