Lencería

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{+18, perdon pero no lei bien la novela para adaptarla pero es mega +18 jajaj} 

Alguien levantó la persiana bruscamente. La luz del sol le cayó directamente a los ojos.

Calle: Oh, mierda... (Murmuró tapándose sus sensibles ojos con el cojín).

Eso se lo hacía su madre cuando tenía diez años. Pero ¿ahora? Ahora que estaba a punto de cumplir los veintidós no la molestaban de buena mañana de esa manera. Cuando sus ojos se adaptaron, apartó la almohada.

Poche: Buenos días Bella durmiente. (Dijo Poche con entonación.) date una rápida ducha y arréglate un poco... el desayuno ya está hecho.

Calle la miró interrogativa. ¿A qué venía tanto afecto por parte de esa mujer fría y arrogante?

Poche: Hoy vendrás conmigo al pueblo. Necesitas ropa de tu tamaño. (Dijo observando cómo su jersey aun cubría el cuerpo de calle.) Si no quieres, tendrás que pasar con jerséis que te vayan entre siete y diez tallas grandes.

Calle: Claro que quiero. (Farfulló calle destapándose y sentándose en la cama).

Poche observó las piernas perfectamente depiladas. Quería acercarse a ella, besárselas, lamerlas... hasta que calle se estremeciera murmurando su nombre. El simple pensamiento la ponía más dura que una piedra.

Calle: Pero yo no tengo dinero... (Se excusó Calle).

Poche: Te lo compro yo. (Dijo Poche dirigiéndose hacia a fuera).

Calle: No puedo aceptar que me compres la ropa...

Poche: Tómatelo como un regalo. Cuando esta misión termine ya no nos tendremos que ver más. Y al menos, un recuerdo de mi te quedará, cada vez que abras el armario. (Ella se rió. Pero a calle no le hacía gracia, ¿Por qué? Simplemente, porque al escuchar a Poche comentar el 'ya no nos tendremos que ver más', le puso la piel de gallina por angustia. ¿Y por qué sentía eso? Aún no lo sabía) ¿Vas a arreglarte, o no?

La arrogancia volvió en el tono de voz de Poche. Ella se levantó mirándola mal.

Calle: Voy a ducharme... (Dijo girando sobre sus talones descalzos y dirigiéndose hacia el baño).

Poche: Date prisa. (Dijo Poche dándole un cachete en el culo y adelantándola hacia el salón).

Calle bufó, frustrada. Si, estaba claro que ahora si quería que esta misión terminara ya... y olvidarse de Poche y toda esa mierda para siempre.

Calle llevaba una sudadera de Poche. Le llegaba por el ombligo, pero le daba igual le quedaba hermosa. Llevaba el único sostén y las únicas braguitas que tenía. Y llevaba un buzo. El pelo se lo había arreglado bastante bien, aunque sin espuma ni plancha era algo difícil. Ni maquillaje ni nada... en una casa donde solía vivir solo Mario, no había ni una gota de rímel. Poche la cogió de la mano. Calle sintió una punzada en el pecho.

Poche: Es mejor así. No quiero que suceda algo de nuevo. (Le miró la pierna, apenada. Calle sintió alegría al saber que Poche se preocupaba más de lo normal por ella).

Tiró un poco, haciéndola caminar por la calle principal, donde había la mayoría de las tiendas. Entraron en una de jeans. Pasaron a la gran sección femenina y calle miró alrededor de ella. Poche cogió un par pantalones del estante de arriba. Unos azul oscuro, y otros mucho más claritos.

Poche: ¿Qué talla usas?

Calle: La treinta ocho.

Poche: Estás delgada.

Calle: No digas tonterías.

Poche: No las digo, Soy mujer... y te recuerdo que te vi perfectamente en paños menores. Y estas estupendamente.

Protegeme || CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora