2°T|| Lujuria O Corazón.

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Poche y Laura se miraron. Las dos negaron con la cabeza.

Calle: ¿Te has portado bien, Poche? (Dijo frunciendo el ceño. Ella asintió). Confío en ti... (La abrazó, pasando los brazos, rodeándole la espalda. Y volvió a besar su boca).

Laura fue hacia su cuarto.

Poche: ¿Desharás ahora la maleta? (Murmuró Poche, acariciando su pelo). ¡Ei! ¡Te has cortado el pelo! (Calle asintió). Déjame ver... (Poche la hizo girar). Sigue siendo mi estimada melena, pero me gusta este corte escalado. (Le pasó la mano, cogiéndolo en una suave coleta y dejándolo ir a la vez). y te lo has aclarado.

Calle: ¿Te gusta?

Poche: Estás preciosa. (Dijo. Y la abrazó por detrás). Yo también te he echado mucho, mucho de menos. Mucho.

Calle sonrió y ladeó la cabeza. Observando ya el anillo que yacía en su dedo anular, de la mano izquierda.

Calle: Te amo... (Susurró ella. Y volvió a buscar su boca). Y no, ahora no desharé la maleta... porque, tengo que ir a la clínica. Paula tiene que darme unos informes.

Poche: ¿No te tomas un tiempo para relajarte?

Calle: Poche, no he ido a un rali de veinticinco quilómetros andando. He ido a hacer unas pruebas, se puede decir que no estoy tan cansada.

Poche: ¿Pero y el viaje y todo? Tómate una ducha, anda, deberás...

Calle: Cuando venga, solo estaré un par de horas en la clínica. (Puso la mano en frente, como cortando el tema. Como diciendo 'no hay nada más a hablar').

Poche: No paras...

Calle: Me gusta mi trabajo, y soy aplicada, eso es todo.

Poche: Como te adoro... (Ella dijo esbozando una sonrisa traviesa en su cara). Mi chica trabajadora... (Poche la volvió a besar).

Calle: Me voy, si no Paula me echará bronca... como siempre.

Poche: Eso sí... la puntualidad no es lo tuyo.

Calle: ¿Alguna novedad? (Sonrió y le guiñó el ojo). Hasta luego.

Una vez se hubo ido calle, Poche fue hacia la habitación de invitados.

Poche: ¿Qué te pasa? (Masculló Poche). Parece que te sienta mal que Daniela haya vuelto.

Laura: No, me sienta mal que haya vuelto justo en el momento en que tú y yo... digamos que nos estábamos reconciliando mujer.

Poche: ¿Y qué más da?

Laura: No lo sé. (Dijo ella, dejando de quitar ropa del armario). Quizás esté celosa. Me conoces más que nadie.

Poche tuvo un breve dolor de cabeza. Era cierto.

Poche: ¿Qué haces? (Dijo cambiando de tema).

Laura: ¿Te importa? (Laura alzó una ceja, abriendo una de las enormes maletas que había traído al principio). Me voy.

Poche: ¿Por qué?

Laura: Poche, mi sitio no es este. Me voy para Medellín de nuevo. Con Sebastián.

Poche: ¡¿Con Sebastián?!

Laura: Si. (Laura la miró extrañada).

Poche: Pero si hace casi un año, lo maté...

Laura se echó a reír.

Poche: ¿Te paraste a pensar que quizás no fuera ese Sebastián Villalobos? Quizás es por eso que Raúl te llamaba tanto. Quien sabe... (Poche bufó).

Poche: Da igual, si está en Medellín, ya no es de mi incumbencia.

Laura: Nunca se sabe, querida Poche... (Ella detuvo a Laura).

Poche: ¿Qué? (Dijo ella, mirándola). No te vayas.

Laura: No estoy bien.

Poche: ¿Por qué? (Dijo Poche. Esa mirada penetrante... esa mirada color verdoso que ella tantas veces había adorado. Y que tanto la excitaba).

Laura: Por que no. (Sonrió, cínicamente) ¿Es que acaso me echabas de menos? (Masculló, poniendo ahora ropa interior. Poche pasó la mirada rápidamente por la excitante lencería. No, no, no... Deja de mirar eso).

Poche: Sabes la respuesta. ¿Para qué preguntas?

Laura se detuvo. Se la quedó mirando y dejó caer la maleta al suelo, para acercarse más a ella. Casi se podían mezclar los dulces alientos.

Laura: Porque quiero que salga de tu boca.

Laura se echó hacia adelante y besó la boca de Poche, adentrándose en su sabor, como en tiempos pasados, en unos antiguos recuerdos, ella misma había vivido. Gimieron. Se separó un poco de poche.

Laura: No sabes cuánto echo de menos tus caricias... (Murmuró cerca de la oreja de Poche). No sabes... cuanto te necesito Poche.

Y empezó todo. Eligiendo la lujuria, dejando a un lado el corazón. Y las palabras de ella fueron el colmo. El colmo para que Poche perdiera sus propios estribos.

Protegeme || CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora