2°T || Venganza

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{Perdón por hacerlas esperar  y si hay algún error en la adaptación lxs quiero mucho a todxs. Les dejo mis canciones}


Se metió en la cama sin hacer ruido, dándole la espalda a Poche. Poche la abrazó por detrás y besó su hombro.

Poche: ¿Estás enfadada?

Calle: No, no... Tú verás, yo te respeto. (Se giró y le sonrió.) Fue culpa mía, no tendría que haberte prestado tan poca atención y tendría que haber buscado un huequecito para pasar tiempo contigo...

Poche: No... No te preocupes, tampoco ha sido para tanto. (Besó sus labios.)

Calle intentó evitar apartarse. Tendría que esperar para darle su merecido

Poche: Puedo aguantar un mes sin acostarme contigo. (Calle sonrió y se dio la vuelta de nuevo. ¿Con que sí, eh? Que mentirosa estás hecha... y pensabas que no iba a notar que algo extraño pasaba... Sopló.)

Poche: Estás enojada. (Dijo Poche riendo) te conozco más que a mí misma, te pasa algo.

Calle: No, enserio, da igual. Es que quizás sea yo la que necesite un buen polvo ahora. (Dijo calle sin girarse.) Pero no lo tengas en cuenta... supongo que, si tú quieres, mañana, todo volverá a la normalidad.

Poche: Tienes razón. (Poche se inclinó y la besó en la mejilla.) Buenas noches mi vida.

Daniela sintió como la cama se movía. Poche se había tumbado, de espaldas a ella también.

Calle: Buenas noches Poche.

El estómago le gruñó. Domingo por la mañana. Echó en falta a algo. Poche no estaba a su lado, sentía frio por el lado derecho de la cama. Se levantó. Sintió como volvía a tener el pelo demasiado enredado. Cogió el albornoz y se lo envolvió alrededor del cuerpo, la bata era demasiado fina para andar por casa a medianos de invierno con tan solo eso.

Calle: ¿Poche? (Dijo, frotándose los ojos, mientras se ponía las zapatillas y se dirigía a la cocina.) ¿Poche?

Vio una nota pegada a la nevera.

"Fui a por el desayuno, vengo dentro de media hora... no quise despertarte. Te quiero; Poche."

Sonrió y dejó la nota encima de la encimera de la cocina. Buscó un vaso y vertió un poco de zumo. Desayunaría con ella, pero tenía que beber algo, tenía la boca sequísima. Alguien llamó a la puerta. Poche tenía llaves, así que no podía ser ella.

Calle: Voooy. (Dijo relamiéndose por el resto de zumo de naranja que quedaba en su labio superior y hiendo hacia la entrada. Bajó el peldaño y abrió la puerta. Un chico joven esperaba en frente, con una gorra Nike, una chaqueta de cuero negro, un casco de moto en un brazo y una caja en las manos.)

Repartidor: Pedido para... - miró el papel - ¿Daniela Calle?

Calle se acordó de lo que había pedido a la noche anterior. Poche era buena, muy buena con ella... pero esta se la devolvería. Estaba cabreada, celosa, enrabiada.

Calle: Sí, soy yo... ¿Cuánto te debo, chico?

Él la miró de arriba abajo. Sabía perfectamente lo que contenía el pedido, y dios sabe lo que pasaba por su mente en esos instantes.

Repartidor: Setenta y dos dólares con noventa y cinco centavos.

Calle: Joder, salió caro el conjunto de las narices... (Daniela cogió la cartera del mueble de la entrada y le dio ochenta dólares.) Quédate con el cambio, habrás tenido que correr mucho para entregar eso en tan poco tiempo.

Repartidor: Gracias, guapa. (Le sonrió y se dio la vuelta para irse de la casa de Poche y Calle).

Poche entró con un par de bolsas.

Poche: Ya estoy aquí. (Dijo bajito por si Daniela aun dormía).

Ella no contestó.

Poche: Aun estará durmiendo... (Poche sonrió y dejó las dos bolsas de comida en la encimera, junto a la nota. Vio una caja abierta en la mesa del comedor, pero no hizo mucho caso).

Pasó directamente a la habitación. Vio a calle, aun dentro de la cama, tapada. Levantó un poco la persiana.

Poche: Oye dormilona. Son ya las doce. (Dijo Poche, girándose hacia a ella.) Vaya...

Se quedó mirándola perpleja a una Daniela despampanante. Con unos buenos rizos bien definidos que enmarcaban su pequeño rostro, y lo hacían más angelical, dentro de lo que cabía, un collar amarrado al cuello. Poche deseó lamer alrededor de la cinta azul eléctrico. La cual hacía juego con el azul... de ese fantástico conjunto de sujetador y tanga con detalles negros que hacía que sus curvas fueran aún más despampanantes y que por desgracia, se le hacía jodidamente conocido. Unas sandalias de tacón que afeminaban aún más sus piernas... Un maquillaje oscuro en sus ojos y algo más rojizo en sus labios. Poche tuvo una erección instantánea.

Poche: Dios... estás... (Se abrió de brazos) me dejas sin palabras...

Calle: ¿Entonces? ¿Ya tienes ganas hoy? (Calle se levantó y la cogió del cuello de la pollera, girando sobre ellas y tumbándola en la cama. Ella se colocó encima de poche y sobó su erección por fuera del pantalón.) Esto me lo confirma...

Besó a Poche, tan ansiosamente, que hasta a poche le sorprendió. Pero le gustaba. Ella estaba enfadada, sí, mucho, pero eso no quitaba el que Poche siguiera siendo su mujer, su chica, a la que tanto amaba y a la que tanto deseaba. Y las tres semanas de sexo fueron escasas tanto para Poche como para ella. Estaban empate. Bueno, empate no. Ella no había utilizado sus manos para saciarse.

Poche la cogió de los muslos, apretándola contra su pene. Alzó las caderas, tan territorial que la quería hacer sentir su máxima excitación. Intentó girar sobre ambas, pero calle no la dejó.

Calle: Ah, ah.... Hoy llevo yo el mando.

Poche: Eso me gusta... (Dijo Poche sonriendo pícaramente).

Calle: le desabrochó los dos botones del poleron color vino y se la quitó de una revolada. Bajó hacia los pantalones. No tardó en deshacerse también de la hebilla y de estos mismos. Besó el duro pene de Poche por encima del bóxer. Eso hizo que poche gimiera... quería más. Metió la mano por dentro del pantalón y jugueteó con ella. Poche suspiró.

Calle: ¿Me quieres ya? (Dijo calle mostrando una sonrisa cómplice.) ¿Ahora?

Poche: Si... (Sintió como la pequeña mano de Daniela se apretaba con fuerza alrededor de su erección.) Oh, Dios, ¡Sí!

Calle se apartó un poco el tanga para dejar paso al pene de Poche. Poche sintió de inmediato el calor del cuerpo de Daniela, la humedad y su propia estrechez, que tanto adoraba, que tanto la hacía gozar, a su manera. Calle se movió encima de ella.

Calle: ¿Te gusta? (Le dijo al oído a Poche.) ¿Te gusta, mi amor?

Poche: Si... dios... no pares... (Sonrió y aumentó su velocidad.)

Calle: ¿Y el conjunto? ¿Te gusta?

Poche: Muchísimo... (Dijo Poche, entreabriendo los ojos) Te queda de lujo...

Calle: ¿A si? (Calle sacó algo de entre las sabanas.) Y... ¿A quién le queda mejor? ¿A mí o a tu Kelly Brook? (Calle paró de moverse. Poche abrió los ojos completamente.) Te pille, guarra. (Se levantó de golpe y le dio una bofetada a Poche, con la revista, aunque no muy fuerte.) Ahora, vamos a ver cómo te las apañas para terminar, vuelve a usar las fotos de la puta de Playboy.

Protegeme || CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora