Mesero: ¿Ya saben que van a tomar? (Dijo con un acento realmente italiano el joven camarero. Poche asintió, cerrando la carta).
Poche: Tráiganos el mejor vino de la casa para acompañar en carne. (Miró a calle) Yo quiero un fettuccine filetto di pomodoro. (Calle le fascinó ese intento italiano. Era hermosa, su poche era demasiado) Y mi esposa... (Se detuvo, sonriéndole a calle) Quiere un fettucine a la carbonara.
Mesero: De acuerdo. Ahora les traigo el vino mientras se hace la comida. (Se inclinó como modo de salutación y desapareció adentrándose en la cocina).
Calle: ¿Por qué? (Preguntó Daniela asombrada).
Poche: ¿Por qué, que? (Dijo poche, haciéndose la tonta).
Calle: ¿Por qué me llamaste lo de tu esposa?
Poche: Supongo que queda un poco mal decir 'mi amante' 'mi novia'. Lo que sea, además, tu y yo ya parecemos una verdadera pareja. (Dijo acariciando su brazo).
Calle: Poche eres demasiado...
Poche: Te amo...
Calle: Y siempre me sorprendes cuando menos me lo espero. (Suspiró.) Eres lo mejor que me ha pasado. (Dijo mirándola enamorada).
Poche: Y tú a mí. (Poche le guiñó el ojo, coqueta. Calle no la pudo encontrar más adorable. Quería apartar las copas, los cubiertos y besarla allí mismo, voraz. Cuando algo culminó su mente). Tengo que contarte algo... (Suspiró) más bien consultártelo.
Poche: Lo que sea, ya sabes. (Terminó entrelazando sus dedos con la mano de calle) ¿Te he dicho que te has puesto muy guapa?
Calle se había puesto un minivestido gris, su campera aviadora corta de cuero y de color negro y unas botas mosqueteras del mismo color.
Calle: Tú también...
Poche iba con su chaqueta de cuero que le quedaba tan sexy... un crop top color vino, y unos pantalones negros ajustados, terminando con unas balenciagas.
Poche: Tendré que ponerme a tu altura ¿no?
Calle: Siempre lo estás. (Entrecerró los ojos. Preciosa, pensó poche) Al contrario, soy yo quien tiene que estar a la tuya.
Poche: No seas tonta. (Musitó ella.) ¿Qué tenías que decirme?
Calle: No te enfades, por favor. (¿Pero por qué se tenía que enfadar? Se preguntó ella por unos instantes. Oh, solo porque metes a su jodida ex novia en casa, durante Dios sabe cuánto tiempo.) Prométemelo. (Le pidió).
Poche: No te puedo prometer nada. (La cara de Daniela se tensó al escuchar eso) Pero te aseguro que enfadarme contigo sería difícil. No tanto. Venga, ¿Tan grave es? (inclinó la cabeza.)
Calle: Contéstame tu. (Inspiró y expiro. Sentía el suave roce tranquilizador de la mano de poche en la suya.) ¿Dejarías... que tu ex novia se quedara por unos días en casa?
Poche: ¿A cuál de mis ex novias te refieres? (Dijo poche alzando una ceja, graciosa.) Porque a la mayoría contestaría que no.
Calle: A Laura. (Dijo mirando la expresión de la cara de poche).
Poche: Has ido a elegir la peor de todas. (Poche negó con la cabeza) No, definitivamente no la quiero en mi jodida casa.
Calle: Pocheee...
Poche: No, Daniela. ¿Querías consultármelo? La respuesta es: no. No sabes cómo es ella, es el diablo en persona.
Calle: Ha cambiado. (Dijo calle, Poche apartó su mano, dejó de acariciarla para cruzarse de brazos, imponente.) Esta mañana he estado hablando con ella. (Le explico) es una buena chica, ha cambiado. Tiene sus problemas y me lo pidió. Dice que soy la única persona en la que puede confiar.
Poche: Es una grande mentirosa.
Calle: Se me puso a llorar.
Poche se pasó la mano por el pelo largo, despeinándose, de una forma muy sexy.
Calle: Solo te pido que la dejes quedar unos pocos días. No sé porque te pones tan negativa, entre tú y ella ya todo acabo ¿no es así?
Poche: ¿Te recuerdo la escena de hace unos meses en tu clínica? Porque fue ella la que se me lanzó.
Calle: Porque no sabía que tú y yo estábamos juntas. Ahora si lo sabe.
Poche: Es una cerda.
Calle: Poche, ella ya no está por ti, o eso parece. Y definitivamente, tú no sientes nada por ella. (La miró fijamente.) ¿O sí?
Poche: Claro que no. (Dijo ella decidida) Solo tengo ojos para una persona, y esa...
Calle: Es la puta de Playboy. (Calle se había acostumbrado a llamarla así. Rio).
Poche: No. (Dijo poche enfadada). ¿Me lo vas a remarcar de por vida?
Calle: Puede. (Calle negó.) Sabes que no, mi gordis... pero me hace gracia.
Poche: Sí, pero en tu momento cogiste el cabreo del siglo. (Suspiró.) La muñequita de mis ojos eres tú. (Dijo ella sonriéndole a calle.) Todo lo demás quedó atrás. Solo son recuerdos inútiles.
Calle: Eso espero. (Suspiró).
Poche: ¿Confías en mí?
Calle: Más que en nadie. (Bajó la mirada.) Por eso deberíamos dejar a Laura estar unos días en casa. Tengo la fe necesaria como para saber que no pasará nada. (Poche asintió).
Poche: Entonces... que se quede. Pero solo unos días. (Volvió a alborotarse el pelo, nerviosa.) A la mínima, se irá a la puta calle. (Calle asintió, conforme.)