{Aqui le dejo un capitulo nuevo}
Calle: ¿Y dónde me llevas gorda? (Dijo ella apoyando su cabeza en el hombro de Poche, mirándola casi del revés. Pero ella se veía guapo desde cualquier perspectiva.)
Poche: A Galesnjak.
Calle: Poche, ¿Estás bien?
Poche: Claro, ¿Por qué?
Calle: Por que pareció que te entraban arcadas. (Ella se rió.)
Poche: Ese es el nombre de la isla, Galesnjak en Croacia.
Calle: Vaya nombre.
Poche: Lo sé, pero la isla es muy, muy bonita... y en forma de corazón... (Besó sus labios.) Perfecta para unas enamoradas como nosotras... además, ya alquilé una casa en medio de la pequeña montaña, al centro de la isla.
Calle: ¿Alquilaste una casa?
Poche: Si, esas de campo... hoguera, con maderita... (Dijo con un rintintín que calle adoró, mientras pasaba la yema de sus dedos por la curva de su cintura) te va a encantar...
Calle: Aunque nos fuéramos a la choza más pocilga de este mundo me lo pasaría estupendamente... y solo porque tú vienes conmigo...
Poche: Te amo... (Susurró Poche. Acarició la mejilla de ella y enroscó uno de sus dedos en su pelo, mientras la besaba. No podían estar más pegadas, ella una a la otra, y se estaba bien... no, se estaba de maravilla, así, junto a Poche. Poche se separó un poco, terminando con un dulce pico) nos vamos el veintidós, pasaremos las fiestas allí... (Ella asintió.)
Calle: Llévame donde tú quieras, cuando tú quieras...
Laura o quizás... Melany , entró agetreadísima al centro de masajes. Calle en ese preciso momento pasaba, con la bata semidesabrochada con un taco de papeles en mano.
Laura: ¡Daniela! A ti quería verte...
Calle se giró. Su cola alta se movió al compás de los movimientos de cabeza. Una pestaña le entró en el ojo, intentó sacársela sin que se le corriera el lápiz de ojos.
Calle: Dime, Laura... (Murmuró bajo)
Laura... o Melany, se la quedó mirando. Ella vio el error que había cometido. No se avergonzó, se aclaró la garganta.
Calle: Creo que tanto tú como yo debemos aclarar algunas cosas (Dijo calle) dentro de un cuarto de hora tengo libre para ir a desayunar, pero puedo adelantar un poco... ya sabes que soy mi propia jefa.
Laura asintió.
Calle: Por favor.
Daniela fue hacia su despacho y dejó la bata en su butaca. Los papeles quedaron en el mismo sitio del que los había cogido. Cogió su chaqueta con la capucha embadurnada de plumas finas y el bolso negro de Gucci que iba a juego con sus Peep Toes altos y del mismo color. Melani... o quizás Laura, la esperaba en la entrada. Iba, como siempre, provocativa. Con unos Stilettos rojos, unas mallas bien arrapadas a sus piernas bien encorvadas y delgadas y una chaqueta también negra que se ajustaba a su cintura con un cinturón, el cual la hebilla era dorada. Extremada como solo ella sola sabía ser. Una vez más, estaba comprobado que a Poche le gustaba lo interesante... Una vez más, ella misma pensaba que era poca cosa para su poche...
Un par de tazas con chocolate caliente y humeante adornaban una de las mesas de la terraza, junto con dos mujeres que se podían parecer mucho, o al contrario, ser distintas a muerte. Lo único que muchos les encontraban en común, es que las dos estaban buenas. Algún salido que había ido a tomar una cerveza con unos amigos apostaba por cual sería con la que se acostaría. La verdad, es que no se decidían. Laura se quemó la lengua con la temperatura del chocolate.