Poche: Tu hermana decía lo mismo. Y mira lo que le pasó.Laura puso expresión pensativa.
Laura: Aún estoy intentando averiguar quién fue la persona que la mató. (Sonrió de nuevo) sé que tu no fuiste, nunca haces daño a una mujer si no es en autodefensa. Y menos la matas. (Entrecerró los ojos.) Estoy en la duda de si es tu estúpida novia. (Luego negó con la cabeza) No, no puede ser... es tan mosquita muerta. ¿Qué sabrá ella sobre armas y guerras? Completa cursi. De veras, no son compatibles, para nada.
Poche agarró a Laura del cuello, sin aguantar más de la rabia.
Poche: No vuelvas a nombrarla. (La estriñó fuerte contra su puño.) Ni se te ocurra volver a insultarla. Te mato. (La levantó aún más, por encima de su cabeza.)
Laura golpeó con las piernas el abdomen de Poche. Pero a ella le dio igual. La soltó. Ella cayó al suelo.
Poche: No sabes de lo que soy capaz, Laura. No me subestimes.
Laura: Nunca lo... hice. (Dijo ella tosiendo, a la vez que sonreía).
Poche: Estás loca.
Laura hizo caso omiso al comentario de Poche y siguió con lo que estaba, hacía unos minutos.
Poche: Hey, deja eso. (Dijo Poche, acercándose a ella, ya que estaba ojeando folios del escritorio de calle.)
Laura: Tranquila, solo quiero saber con quién estás. (Dijo, volteando una de las hojas que tenía en mano.) Y la verdad es que no es muy interesante... (Poche la miró mal.) Es cierto, cariño, te repito, no sé qué haces con esta mujer... (Laura se rió, descaradamente, de nuevo.) Y pensar que me la podría matar ahora mismo. (Cogió una pistola que llevaba en el liguero, subiéndose un poco la falda negra, mostrando con desinterés aquel par de muslos generosos... que Poche había acariciado tantas veces.) Dejarle las cosas claras... quien manda aquí... y a quien le perteneces.
Poche: Deja la pistola, por dios, Laura... (Poche suspiró) Estás loca ¿lo sabías?
Laura: No piensas así, en el fondo.
Poche rió.
Poche: Venga, basta de tonterías... vete, no pintas nada aquí.
Laura: ¿Nada? Soy clienta de tu novia. Creo que tiene que atender a cualquier persona, además, ella no me conoce. (Miró a Poche ladeando la cabeza) ¿O sí? ¿Le has hablado de mi alguna vez? Seguro que si meto la mano en el fuego, no me quemo.
Poche: No. (Mintió Poche) no sabe quién eres. ¿Para qué debería hablarle de alguien tan insignificante?
Laura: Cállate, mentirosa. ¿Tan insignificante? Recuerda que he sido a la mujer que más has amado, o, si no recuerdo mal, como tu solías decir, a la única que has amado.
Poche: Me he dado cuenta de que ni una ni la otra. Calle es la que encaja en ese papel.
Laura: ¿En qué papel? ¿El de princesita? Por dios Poche, ¿des de cuando te va ese rollo?
Poche: Ella es perfecta.
Laura: No. Ustedes dos no pegan ni con el pegamento más fuerte. (Entrecerró los ojos) mírate. Eres demasiada mujer para una joven así.
Poche: ¿Así como? (Poche se sentó en la butaca de en frente de Laura.)
Laura: Pues... así... (Se sentó a horcajadas encima de los muslos de Poche. Ella se opuso, pero Laura se salió con la suya) a la que le falta de esto... (Cogió la mano de ella y la pasó por su sien) y de esto. (Ahora la llevó, directamente hacia uno de sus pechos, bajando por la curva del vientre, hasta su trasero).