Capítulo 3

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En ese momento ambos se quedaron congelados por la situación; Yibo al no saber como calmar al joven pelinegro que acaba de conocer y que parecía asustado por su presencia.

Xiao Zhan porque ese extraño jodidamente hermoso había aparecido de la nada y ahora estaba desnudo, junto a él, aferrado a su pecho y cintura.

—¿P-puedes alejarte de mi? —gimió—. ¿Qué diablos piensas que haces colocando tus manos por todo mi cuerpo? —l preguntó con voz agitada.

—Yo. Mng. Lo lamento, intentaba ayudarte, tu estado de ánimo no parece ser el adecuado —respondió Yibo aún aferrado a él.

Sus escasos poderes le permitían hacer un breve análisis del organismo al cual estaba sujetado.

—¡Ya! Suéltame de una buena vez y deja de hablarme así que me haces sentir p-peor —se quejó, intentando apartarse del extraño pero sexy sujeto.

Podía sentir la respiración del castaño cerca de su cuello y cómo lo analizaba con su fuerte mirada, haciéndole sentir nervioso.

—¡Puedes dejar de hacer tanto ruido, maldición! ¿Quieres qué te rompa las piernas? ¡Estoy tratando de hacer dormir al niño! —Zhou Cheng gritaba furioso desde el interior del hogar.

—Hermano no te enojes, me iré a dormir, creo que fueron  demasiadas latas de cerveza por esta noche —respondió, tratando de abrir la puerta para entrar a la casa y que A-Cheng no viniese a golpearlo.

En verdad, era lo que menos le importaba en ese preciso momento, sino el cómo iba a explicarle el estado desastroso del jardín y la situación vergonzosa con el desnudo invasor.

Tenía que apresurarse.

—Tú, ayúdame a abrir la puerta y a entrar sin que mi hermano te vea, él no me va a dar la oportunidad de llamar a la policía, en cambio, terminaré necesitando una ambulancia si llega a saber que entraste sin permiso.

—Está bien, dame tu mano...

—¿Para qué demonios quieres mi mano? Por si quieres ver mi anillo de compromiso, no estoy casado.

Zhan abrió los ojos y se golpeó la boca después de decir semejante estupidez.

Este muchacho va a pensar que le estoy coqueteando...

Mientras se perdía en sus pensamientos, Yibo arrebató la mano de su boca cuando visualizó a través de la puerta de vidrio una figura venía directamente hacia ellos.

En un abrir y cerrar de ojos, ambos se encontraban en la habitación de Xiao Zhan.

—¡Maldito mocoso! Mañana junta toda la basura que dejaste en el jardín, tengo un niño que atender, no crees más trabajo, y tampoco quiero ningún ruido más, porque te lo llevaré y dormirá contigo. Me importan tres rábanos si mañana trabajas ¿¡Xiao Zhan!? ¿Me estás escuchando o quieres que suba y te haga limpiar ahora mismo? —A-Cheng gritaba desde el primer escalón con el pequeño entre sus brazos.

No es necesario, A-Cheng, mañana me levantaré temprano y limpiaré todo y de paso te sorprenderé con un exquisito desayuno...

Xiao Zhan no escuchó más nada, A-Cheng en ese momento estaría en la cocina, calentando la leche para el pequeño A-Huan que lloraba de hambre y sueño. Para suerte del pelinegro, eso lo distrajo a tal punto de no darse cuenta que su hermano de un momento a otro ya se encontraba en su habitación.

—¡Ahora mismo me explicas quién o qué demonios eres! —exclamó, empujando finalmente a Yibo que aún estaba sujetándolo.

—Me llamo Wang Yibo y vengo de ¡Auch! —el castaño no terminó de presentarse cuando fue golpeado por una almohada.

S.E.D.T.P. [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora