"El obsequio"

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A escasos metros pero por suerte lejos del peligro Kendal pilotaba cuando todo el estruendo provocado por ellos cesó.

-Bien comandante ¿Ahora a donde?-

Exclamó el moreno mientras sujetaba los mandos, Dereck al escuchar giró su mirada a la dirección de la voz.

-Bueno, ya que lo mencionas y claramente si vamos a casa estaremos en problemas, tengo una ultima parada que hacer- 

Sky frente a el, pregonó.

-¿Última parada, a donde?-

El chico de ojos claros le sonrió sereno.

-Debo ir con el padre de Hikari-

Todos lo vieron dudosos y algo confundidos sobre aquello.

-No me digas que ahí también haremos una revuelta-

Exclamó el chico de ojos azules Sky.

-¡No! Por supuesto que no, solo tengo algo para el, que creo le interesará,  así que ¿Kendal puedes llevarme ahi?- 

El moreno accionó el piloto automático una vez que salieron del radar, giró en el asiento a los chicos y Dereck que estaban en el fondo del avión.

-Bueno, ya estamos aquí ¿No? Solo espero el combustible alcance, pero que más da, ¡Fijemos un nuevo rumbo!- 

Giró de nuevo a los controles para seguir la ruta, no sabían el plan pero como dijo Kendal, ya estaban ahí, y mientras mas retardaran la llegada a casa, todo lo demás estaba bien.


*pasando un par de horas*



-¡Dereck entraré a territorio aéreo! ¿Les pido permiso?-

Preguntó Kendal al rubio, esté se acercó hasta el, llegando a los controles.

-No, solo trata de aterrizar yo me encargaré de lo demás- 

Kendal bajó aquella nave a tierra, obviamente sin permiso lo cual movilizó a las autoridades de aquel lugar.

Cuando esos hombres llegaron se llevaron a todos, mientras hablaban por separado Dereck intentaba convencerlos de que lo llevarán con su majestad, el padre de la mujer que amo Dereck, Hikari-. 

Después de una larga charla y de que algunos de los oficiales lo reconocieran por fin lo llevaron al rey, más este se negó a verle, ya que para el, Dereck había quedado como mentiroso e inepto, al no cumplir con el cuidado de su hija, más ya había llegado muy lejos como para no verle, descuidando se de los guardias llegó hasta los aposentos del rey, entrando por los balcones de aquella morada.


Sigiloso vió de lejos al rey acompañado de su consejero, ese viejo cascarrabias de siempre,  llegó a ellos exclamando.

-Perdone señor pero debo hablar con usted-

Al oír la voz del joven ambos hombres sorprendidos miraron a el.

  -¡Pero como te atreves! ¿Que haces en los aposentos de mi señor?-

Cuestionó el anciano del consejero al chico. Sin titubear alzó más la voz.

-¡Guardi....!-

Antes de que terminará Dereck se le abalanzó cubriéndole la boca.

  -¡Oh no,no, no! Pshhhh... no le haré nada, solo necesito hablar, y usted dormir-

Miró al rey mientras durmió al anciano, para dejarle caer suavemente en el piso.

-Por favor su majestad, le ruego me escuche, vengo a traerle algo que le interesará-

Bajó su cabeza en signo de reverencia, mientras el hombre algo temeroso y dudoso por las palabras de aquel joven, yacía inmóvil frente a el, el rey asintió respondiendo.

-¿A que has venido? Creo que tu y yo ya no tenemos tratos de ningún modo-


Dereck alzó la cabeza al oír.

-Tal vez usted y yo no, pero yo hice una promesa, y quiero cumplirla, quiero que usted vea y me crea que yo no miento, quiero que quede claro que todo cuanto dije es verdad, ame a su hija.. me dolió tanto lo ocurrido y me arrepiento tanto el no haber podido hacer nada, pero...-

Metiendo su mano al bolsillo de su pantalón, prosiguió.


-.. le hice sentir lo que usted, me imagino sintió cuando Hikari murió, porque esto fue lo que yo también sentí,  y eso mismo sintió su asesino,  me encargue personalmente de eso..-


Saco su mano, que sostenía un pañuelo, ese mismo pañuelo estaba carmesí, mojado de la sangre, el rey permaneció en silencio escuchando y viendo, tembloroso por la escena, continuó viendo lo que el chico sostenía, este abrió lentamente aquel pañuelo, dando a descubrir el pequeño corazón que una vez palpitaba en el pecho de Rabí,  con ambas manos se inclinó frente al rey y se lo ofreció. 

-Este es el corazón del hombre que asesinó a Hikari,  a su hija y a todos en ese helicóptero,  lo traje desde la tierra de Rabí,  en ofrenda para usted, por el amor que le tengo y le tuve a su hija, le prometí que le haría saber el dolor que sentí,  puesto que mi corazón se fue el día en el que ella murió, se lo ofrezco en señal de sinceridad al acusar al príncipe Rabí,  con esto reafirmo mi acusación contra el, y hago justicia en el nombre de Hikari-

Sin levantar la cabeza y mientras algunas lágrimas cayeron, Dereck finalizó.

-Ruego me perdone por no proteger la vida de su hija, y espero lo acepte-

El rey quedó atónito frente a todo esto, mientras veía la humilde manera de aquel joven, con el corazón sangrando,  tanto metafóricamente como literal, el rey entendió todo, comprendió que el estaba equivocado que todos juzgaron mal a aquel muchacho,  y comprendió el hecho del porque su hija había elegido a ese joven, tomó con ambas manos aquel órgano muerto, haciendo que Dereck alzará la mirada a el.

-Ahora entiendo el porque mi hija te quería, ahora comprendo que tu la amabas, te perdono, aunque no haya nada que perdonar, hiciste lo que ningún  otro se hubiera atrevido hacer, desafiaste  a un reino, matando a uno de sus herederos,  ¡Solo por amor!...-

Su temple se quebró.

-... llegaste hasta a mi con las pruebas en tu mano, seguro que el reino de Rabí te persigue, más aquí estas demostrando me que yo estaba equivocado, perdón... en serio me disculpo por llamarte mentiroso, me das paz al saber esto, porque me estaba volviendo loco al pensar que fue lo que ocurrió en verdad, ahora lo se, y tengo las pruebas...-

Se acercó al ojos claros mientras este lo miraba atento,  tomó una de sus manos.

-¡Gracias! Por darme paz, y si necesitas quedarte hazlo, yo puedo ayudarte-

Dereck le sonrió.

-Le agradezco mucho señor, en verdad me alegra tanto que por fin todo este claro, pero se lo que hice, estoy consiente de ello, aun si alguien sabe que le traje eso, yo tomaré la responsabilidad,  de mis actos, y si debo responder por ellos, créame que no me voy a esconder,  cuando vaya a la tumba de Hikari,  dígale que ahora todo estará bien-

El rey asintió,  el joven se dió media vuelta para salir de ahí, una parte de el estaba tranquila, pero otra solo pensaba en el futuro. 

El consejero despertó,  y el rey no dudó en mandarle guardar aquel órgano,  ahí estaba en el reino a miles de kilómetros de su dueño, mientras el dolor de un padre se acentuaba,  la irá de otro se despertaba.

  Dereck y los demás salieron de ahi, los chicos aun no supieron del porque de aquella parada, solo sabían que era hora de volver a casa, donde la incertidumbre y la clara llamada de atención les esperaba.






Gracias por leer, y perdón si es algo corto, bye.

"El comandante"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora