||32. Difícil Conquistar, Parte 5: No Te Librarás De Mí Tan Fácil.||

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Llevábamos ya un rato sentados en silencio en aquella banca del centro comercial cerca de la fuente y me estaba matando lo incómodo que me sentía.

—Yo–.

—Eso fue muy vergonzoso, ¿verdad? —me interrumpió.

—Sí... —dije con desanimo. Y otra vez se formó un silencio. Miré de reojo la caja de terciopelo donde estaban las pulseras. Ya las había aceptado, pero no estaba seguro de abrir la caja.

—Abrela. Quiero saber qué piensas de ellas —me dijo dándomela de nuevo. La tomé y la abrí con calma.

Eran realmente lindas.

—Son realmente lindas.

—¿En serio lo crees? —asentí —. Me alegra. Lee lo que dicen —tomó una y la giró de modo que las palabras que estaban grabadas se vieran fácilmente.

—“No te desharas de mi tan fácil.” —después de leer aquello, la miré con disgusto, la vergüenza se me había ido casi de inmediato —. ¿Qué ocurre contigo?

—¿Que tiene? describe perfectamente nuestra relación. Sabes que no puedo ser sólo azúcar —se encogió de hombros mientras se excusaba.

—Esta a sido la cosa más estúpida en la que se ha podido gastar dos mil dólares. En serio, ¿tú declaración de amor hacia mí es el recuerdo de que no podré deshacerme de tí?

—Tan fácil, sí —continuó.

—En verdad estás demente. Eres como un pequeño diablito que me perseguirá hasta la muerte e incluso después de eso. Y estoy seguro que algún día iré a prisión por tu culpa —le dije con cierto molestias y un ademán de gestos con mis manos. Y entones ella me quedó mirando mientras respiraba normalmente otra vez. No pareció enfadarle nada de lo que dije. Entonces me incliné hacía ella y le di un beso en la mejilla —. Aún así te quiero. Pero, no esperes que vuelva a hacer eso jamás.

—Esta bien. Esto valió mucho la pena —me dijo feliz abrazándome —. Yo también te quiero.

—Sí, sí. Ahora ya se está haciendo tarde. Así que ayúdame a ocultar mi nuevo look afeminado las que pueda ir a casa a dormir para poder soportar mi cita de mañana —le dije apartándola.

—Okey. vamos.

Entonces me cambié en el baño del centro comercial con mi uniforme otra vez, me coloqué un gorro que compró Winy en una tienda para ocultar mi cabello. Y guardamos la ropa nueva doblada en mi mochila, por suerte no se notaba. Después de eso nos despedimos con un abrazo corto y cada uno se fue a su casa.

Al llegar, no podía estar más nervioso. Entré increíblemente asustado, ya estaba anocheciendo y lo último que quería era que alguno de mis padres me vieran y dijeran lo que fuera. Creía en mi cabeza llena de paranoia que iban a notar mi cabello y sospecharían de mí y descubrirían la verdad y no me querrían más y luego lo descubriría Rosh y pasaría lo mismo.

Lo único que quería era pasar directamente a mi habitación, pero estaba tan nervioso que no logré cerrar la puerta de la entrada en silencio. Así que sólo me maldije internamente muy fuerte.

—¿Janer, eres tú?

—Sí, mamá —caminé hasta las escaleras por las cuál ella bajo rápidamente.

Esta Vida Mía [Borrador] [BL/COMEDIA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora