||5. Del Pasado, Parte 3: Actuar Como Un Completo Imbécil.||

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Es curioso, porque cuando Rosh me vió después de la paliza, está  muy preocupado, en serio. Pero después de que le conté lo de Alexander quería golpearme el también. De no ser porque yo estaba peor que uno de los autos que salían en las películas de rápidos  y furiosos, me hubiera dado un golpe por lo idiota.

Tenía clases, pero decidí faltar a ellas. Para tratar las heridas. Pero fue inevitable que alguien no nos viera conmigo pareciendo que salí vivo de un intento de asesinato. Me llevaron a la enfermería, me trataron las heridas y Rosh estuvo conmigo. Al rato llego Alexander con su papá, y lo curaron a el también.

El director me preguntó cómo estaba, y yo le dije que bien. Alexander no quiso hablar conmigo, aunque Rosh quería ir a ahorcarlo, yo lo detuve. Intenté hablar con Alexander pero no me dejaron Rosh, su padre y él mismo.

Resulto que Alexander le dijo todo a su padre, llamaron a los padres de los chicos y a los míos. Fue todo un  espectáculo, hubo gritos, insultos, regaños y rompieron un florero. Lo peor era que todos los involucrados estábamos sentados en una esquina mientras nuestros padres peleaban uno al lado en el centro de la habitación con él director.

Hubo un determinado momento en el que la madre del chico que no conocía me señaló de manera acusadora y dijo:

—¿Dices que mi hijo tuvo la culpa? ¿Y que hay de él? Nadie ha hablado de la culpa que tiene el en todo esto.

—¡Él no tiene la culpa! —exclamó el director —. Él fue el que defendió a mí hijo, y a quien su hijo también golpeó.

Miré a Alexander perplejo, el esquivó mis ojos y miró hacía otro lado. Pude escuchar un gruñido por parte del chico que no conocía que estaba a mi derecha.

—Van a pagar por abrir la boca —amenazó.

—Creeme yo me encargaré de que eso no sea así u que ustedes se hundán en su miseria —le devolvió la amenaza Alexander que estaba a mi izquierda.

—Es tarde para venir a comportarte como macho, ¿no crees? —volvió esa sonrisa arrogante.

—No hace falta ser un macho, si no ser inteligente, maldito desgraciado. Porque creeme que haré tú existencia tan miserable como se me sea posible —yo estaba en medio de los dos y se sentía el odio y la tensión —. Y créeme, que me alegrará ver tu cara cuando una “nenita” haya destruido la cosa ridícula a la que llamas hombría.

—Tsk, me encantaría golpearte hasta que no quede más de tí, agradece que no estamos solos.

—Jamás me podrías lastimar, porque solamente eres un maldito cobarde que no hará nada bueno con su vida y tendría suerte si lo matan rápido. Sólo un maricón —Alexander lo miraba con superioridad y le sonrió.

—¡Ya me harté!

El chico que no conocía se lanzó contra Alexander, y cuando comenzó a golpearlo Alexander comenzó a llorar y a gritar.

—¡Ah, no, ayuda!

Apenas los adultos presentes oyeron el estruendo pararon su discusión para quitar a el chico que no conocía de encima de Alexander. Me sorprendió ver qué podía llegar a ser tan malo e hipócrita como para haber hecho algo así, hacerse la víctima para que de manera inmediata y con testigos los únicos culpables fueran ellos y el saliera como el inocente. Pero todos los presentes se lo creyeron, el único culpable de todo el asunto fue el chico y sus cómplices, los, seguramente, ex-amigos de Alexander. Y dos días después los tres fueron expulsados de la escuela.

Después de eso Alexander no nos volvió a molestar a Rosh y a mí, ni a nadie más. Nunca entendí bien porque, supongo que fue una manera de pagarme por haberlo... digamos que ayudado. Rosh y yo estábamos súper mega felices; literalmente bailamos de la alegría. Todos en la escuela nos creían locos, principalmente porque llevamos una radio, pusimos una canción de Lady Gaga y bailamos como unos locos de los ochenta aunque vivíamos en el en siglo XXI. Casi que hacíamos brakedance y gracias a Dios no lo hicimos. Bailabamos tan mal que de seguro a alguien le dió cáncer visual, por vernos.

Esta Vida Mía [Borrador] [BL/COMEDIA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora